Estudio Bíblico

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Reflexiones acerca de la Visión de Dios para nosotros.



Ninguno de nosotros es un accidente del destino, ni nuestras vidas existen para vivirlas "a ver que resulta". Nosotros fuímos creados por Dios con un propósito que debe convertirse en nuestra visión. El entendimiento de ese propósito y visión son claves para vivir en la plenitud de vida que Dios quiere que vivamos (Jn 10:10).

Pro 29:18 Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena, Pero bienaventurado es el que guarda la ley.

Efe 2:10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Jer 29:11 'Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes,' declara el SEÑOR 'planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.



El propósito de Dios para nosotros tiene que ver con los siguientes elementos:

Soñar no cuesta nada pero hacer los sueños realidad no lleva la vida entera.

Un sueño que se convierte en el motor de nuestras acciones es una visión (Sal 139:13-16, Sal 138:10, Prov 29.18).

Soñadores hay muchos; visionarios que le pongan acción, planeación y recursos a sus sueños, pocos.

José, mientras estaba en la casa de su padre, consentido, sin hacer mayor cosa, era un soñador, pero cuando fue llevado a Egipto como esclavo y trabajó en la casa de Potifar y en la cárcel, se convirtió en el visionario de Dios que salvó a Israel y Egipto del hambre.

Nuestra vida no se construye con los sueños que soñamos sino con la visión que perseguimos. Sin una visión, aunque tengamos muchos sueños, la vida no va a ningún lado (Prov 29.18).

Una visión que no produzca pasión en nosotros puede ser una visión que no provenga de Dios porque El es apasionado en todo lo que hace.

Si una visión no me a va a lleva a ser una persona más parecida a Jesús, es muy probable que esa visión de provenga de Dios porque Su propósito para con nosotros es, en primer lugar, que cada día nos parezcamos más a Jesús en carácter (Rom 8:29).

Si una visión no proviene de Dios para que vamos a perder el tiempo siguiéndola: esa visión no nos va a llevar a ningún lugar significativo porque separados de El nada podemos hacer (Jn 15:1-5).

Si una visión no va a bendecir significativamente a otras personas, muy probablemente esa visión no proviene de Dios porque Dios, en todo lo que hace, tiene como propósito principal bendecir abundantemente a otros a través de nosotros (Jn 10.10, 3 Jn 2).

Si la visión que estoy siguiendo no produce mejoras en la calidad de vida de las personas que están involucradas en ella, muy probablemente esa visión no proviene de Dios, porque El quiere que la vida de todos sea como la luz de la aurora, que vaya en aumento hasta que sea perfecta (Prov 4:18).

La visión no se trata de mi ni de lo que yo quiera. Se trata de Dios y de cómo El quiere bendecir a las personas, trabajando conmigo como Su colaborador. La visión no se trata de mi ni de ti sino de cómo Dios quiere que colaboremos con El para bendecir al prójimo (Mat 22:36-40)..

La visión de Dios para nuestras vidas siempre tiene que ver con servir a las personas para que alcance un mejor nivel de vida en todo sentido (Mar 10:42-45).

La visión de Dios para nosotros siempre tiene que ver con levantar a otros (Jn 14:12).

13 Jun 2010
Referencia: 10.023