Estudio Bíblico

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El oficio profético (2).



ESCUELA PROFÉTICA (12).

EL OFICIO PROFÉTICO (2).




El oficio profético y la guerra espiritual (Jer 1:4-10, Jer 31:28).

Constituyen una poderosa arma de guerra espiritual en contra del diablo y todos sus planes y obras,
Además son un don y un oficio.

Dotados de una unción específica de liberación para:
Arrancar, arruinar, derribar, destruír el reino de las tinieblas (Efe 3:8-10),
Destruír las fortalezas, argumentos, altiveces (2 Cor 10:4-6) que se levantan contra el conocimiento de Dios,
Quitar cizaña (falsos) del trigo (iglesia) (Job 18:14),
Destruír las obras del maligno en la iglesia (carnalidad, mundanalidad, pecado, engaño, etc.).

También están dotados por Dios con la autoridad para:
Plantar y edificar el Reino de Dios en las iglesias, comunidades y naciones (Mat 6:9-10, Mat 6:33),
Establecer las cosas del Espíritu (salvación, sanidad, revelación, santidad y pureza,
Establecer una base sólida, un fundamento firme, para la iglesia (Efe 2:20)
Fortalecer el Cuerpo de Cristo (Efe 4:11-16)



Apóstoles y profetas (Efe 2:20-22).

Fundamentan, ordenan y coordinan el gobierno y la administración de la iglesia juntamente con los apóstoles, en un trabajo de equipo (Efe 2.20).

No son "llaneros solitarios".
Necesitan aprender a trabajar en equipo junto con todos los otros ministerios que Dios ha levantado en su área de autoridad.
Los profetas traen y dan las instrucciones de parte de Dios (Amós 3:7, 2 Cro 20:20).
Los apóstoles administran el cumplimiento de esas instrucciones.
Los evangelistas traen a los incrédulos a la salvación para seguir esas instrucciones.
Los pastores cuidan, dirigen, apoyan e instruyen a los creyentes para seguir esas instrucciones.
Los maestros enseñan a los creyentes esas instrucciones a profundidad, junto con todas sus implicaciones.

El trabajo en equipo con todos los demás ministerios es para:
Que la obra de Dios se realice con sabiduría (apóstol), prudencia (profeta) y ciencia (pastor y maestro).
Levantar hijos e hijas (1 Cor 4:15) para Dios (preparar un pueblo bien dispuesto, Mal 4:5-6, Luc 1:17)..



Los profetas: precursores de los cambios.

Un precursor es uno que abre la brecha de nuevos senderos, lugares, dominios.
En el caso de los profetas, esa brecha que abren es para establecer, expandir y desarrollar el Reino de Dios.

Generalmente Dios envía al profeta en respuesta al clamor de Su pueblo (Luc 1:8-10) para prepararlo para una visitación especial de Dios.
Preparan el camino para un despertar de Dios (Mat 3:3).
Profetizar vida donde no la hay (Ezeq 37:1-10).
Preparar cambios en una sociedad pecadora que se ha apartado de Dios.

La oración intercesora, entre unos de sus resultados, es que derrama un espíritu profético (Luc 1:68, Luc 2:36-38).
Los profetas por lo general manifiestan una gran capacidad de clamor para unir al pueblo de Dios.
El deseo que los anima es que el pueblo se arrepienta de sus caminos y busque el rostro del Señor para recibir bendición, gracia y favor de Dios (2 Cro 7.14).





05 Ago 2009