Estudio Bíblico

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La Caída.



LA COSMOVISIÓN CRISTIANA BÍBLICA (05).

LA CAIDA.



Fundamento bíblico.

Gen 3:6-13. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

Rom 6:16. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

Mat 4:8-10. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Gen 3:14-21. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.



Los propósitos de Dios en la creación del varón y la mujer.
Cuando Dios creó al primer varón y a la mujer y los puso en el Edén, el propósito de Dios para con ellos era múltiple:
UNO. Tener relación con ellos, como Padre e hijos, y que ellos le obedecieran (Gen 2:16-17), le adoraran (Jn 4:23, Sal 150:6) y glorificaran su Nombre en todo lo que hicieran (Col 3:23), todo lo cual configura el mandato a la adoración.
DOS. Que las relaciones entre los seres humanos fueran relaciones de justicia, igualdad de valor y dignidad, ayuda mutua, paz y complementariedad, y establecieran estructuras y sistemas sociales justos, lo que implicaba un mandato a la búsqueda de la justicia (Mat 6:33, Rom 14:17).
TRES. Que el ser humano administrara y señoreara sobre la creación (no sobre los demás seres humanos) lo que constituye el mandato a la mayordomía (Gen 2.15, Gen 1:28).
CUATRO. Que el ser humano viviera eternamente (Gen 2.17, Gen 3:22-24).



La caída corrompió totalmente el plan de Dios

El ser humano desobedeció y se separó de Dios (muerte espiritual), perdiendo la conexión con su origen, y por ende, su inocencia, su identidad y su propósito.
• “Conocieron que estaban desnudos” (Gen 3:7)  principio de la malicia.
• “Se escondieron de la presencia de Jehová Dios” (Gen 3:8)  principio del temor.
• “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo, y me escondí” (Gen 3.10).

Y como consecuencia de la separación de Dios, de no tomarlo en cuenta a El a pesar de haberlo conocido:
UNO El pecado en toda su plenitud entró en el mundo, con sus consecuencias sociales (el pecado nunca es individual exclusivamente, siempre es social, porque siempre es algo que hacemos directa o indirectamente en contra de otros, es decir, que aquí también ubicamos el origen del pecado individual y el pecado social), (Rom 1:28-32, Gen 6:5, Rom 3:10-18).
DOS. Se pierde la identidad y el propósito porque separados de El nada podemos hacer (Jn 15:5).

Las relaciones entre los seres humanos se trastornaron y se hizo presente la rebelión, la división, la acusación y culpa.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió (el principio de la desobediencia); y dio también a su marido (el principio de la rebelión y la usurpación de la autoridad), el cual comió así como ella.” (Gen 3:6).
“la mujer que me diste por compañera” (Gen 3:12): el principio de los reclamos y los cuestionamientos a Dios y de la evasión, el rechazo, la culpa, la condenación y la acusación.

El ser humano, por la desobediencia a Dios y la obediencia al diablo, se desligó del Reino de Dios y se hizo parte del reino de las tinieblas, teniendo al diablo como señor, y como consecuencia, el señorío que había recibido de Dios pasó a ser el señorío del diablo sobre la creación (Rom 6:16), por esa razón el diablo recibe todos los reinos y la gloria de ellos (Mat 4:8), y se le llama en las Escrituras, entre otros nombres, el príncipe de este mundo (Jn 12:31, Jn 14:30, Jn 16:11, Efe 2:2). Al convertirse el diablo en el señor de la creación y por efecto de su acción sobre ella, toda la creación fue corrompida (no fue Dios el que causó todo ello, sino que el diablo; Dios lo que hizo con el hombre fue contarle lo que a partir de ese momento iba a tener que experimentar porque el diablo lo iba a causar):
UNO. Los animales, comenzando por la serpiente, atacarían al ser humano y este los atacaría a ellos, que conllevaba la potencialidad del deterioro ecológico (Gen 3:15).
DOS. Los seres humanos comenzarían a experimentar el dolor y la enfermedad físicas (Gen 3:16)  el principio de todo dolor, enfermedad y muerte física.
TRES. Las mujeres querrían usurpar la autoridad del varón, y los varones se enseñorearían de ellas (Gen 3:16)  el principio de todo abuso y discriminación, del machismo y del feminismo, de la opresión y represión sociales, etc.
CUATRO. La tierra sería maldecida; produciría espinas y cardos (Gen 3:17-18)  el principio del deterioro ambiental.
CINCO. Con el sudor de la frente comería el pan (Gen 3:19)  las dificultades de la producción inducirían más adelante a la posibilidad de unos de contratar el trabajo de otros y enriquecerse de esa manera  la potencialidad de las relaciones injustas de trabajo, económicas, sociales y políticas.

El ser humano, después de estar destinado a vivir eternamente, sin enfermedad, sin dolor, sin llanto, sin sufrimiento, paso a ser un ser temporal, y se abrió a la experiencia de la enfermedad, el dolor, el llanto, el sufrimiento, etc., experimentando no solo la muerte espiritual por la separación de Dios, sino la muerte emocional a través del dolor y el sufrimiento, y la muerte física a través de la enfermedad.
“Polvo eres y al polvo volverás” (Gen 3:19).



Conclusiones acerca de la caída.
No se puede entender completamente todo lo que sucede a partir de Gen 3, especialmente la salvación y redención que Dios opera en Cristo Jesús, y la tarea de la reconciliación que Dios quiere obrar como consecuencias de ellas a través de la Iglesia, sin tener el total entendimiento que la caída no solo fue un asunto espiritual, y no solo afectó la parte espiritual e individual del ser humano. La caída, fue un asunto integral, que abarcó la totalidad del ser humano, sus relaciones y sus actividades, y como consecuencia, no solo su relación con Dios sino su relación con el prójimo y con toda la creación de Dios.
La forma de pensar occidental ha incidido decididamente en la interpretación reduccionista de la salvación, redención y reconciliación, como un asunto estrictamente espiritual e individual del ser humano, en contra de lo manifestado y enseñado a través de toda la Escritura (Jn 3:16-17, Luc 19:10).
Por ello el énfasis de la iglesia cristiana en la salvación personal, y solamente en ella, y en algunos otros aspectos de la vida individual de la persona, pero su total desconexión de lo natural y social, que determina también una interpretación reduccionista del propósito de la Iglesia manifestado y enseñado con toda claridad a través de toda la Escritura (Mat 5:13-16, Mat 13.33, Efe 1:9-10, Col 1:15-20, Rom 8.19-21, 2 Cor 5:17-18).
Como consecuencia de la caída de Adán, el pecado no solo le afectó a él personalmente, sino que afectó todas las relaciones humanas (relaciones que forman estructuras y estructuras que forman sistemas, todos ellos corrompido por el pecado), todas sus actividades (trabajo) y toda la Creación de Dios, trastornando su perfección original y corrompiéndola por causa del pecado (Gen 3:6-19).
Derivado de la caída, y como una consecuencia de ella, Dios establece Su plan de salvación, redención y reconciliación, no solo de unos aspectos de la caída (los estrictamente individuales), sino de todos ellos (Luc 19.10).
Por lo tanto, una salvación, redención y reconciliación, cuyos alcances se limitan a lo estrictamente espiritual e individual “privado” del ser humano, sin una transformación de nuestras relaciones y actividades (Mat 22:36-40, Mat 25:14-46), y a través de ello, de las estructuras y de los sistemas, es una salvación que se quedó corta, sumamente corta en relación con el plan de Dios.
Igualmente, una salvación, redención y reconciliación, que solo pone los ojos en la iglesia y en la eternidad futura (que por cierto no vamos a vivir en el cielo sino en la tierra, Apo 21.1-5) y no considera sus efectos en la vida terrenal, se traducen en un cristianismo evasivo, escapista, fuera de la realidad de las Escrituras, y por ende, esquizofrénico, como el del sacerdote y el levita de la parábola del buen samaritano (Luc 10:29-37, Mat 25:31-46, Mat 7:21-23).
El Reino de Dios que estaba previsto ser manifestado en la Creación a través del señorío de Dios sobre los seres humanos y de estos sobre ella y en el mundo social y natural a través de relaciones justas (es decir el Reino de Dios sobre el ser humano, sus relaciones, sus actividades, y la naturaleza), fue cambiado por el reino de las tinieblas manifestado a través de esa misma humanidad solo que ahora completa y totalmente pecadora y a través de relaciones y actividades injustas, de pecado (Gen 4:8, Gen 4:19, Gen 6:5), no solo hacia otros seres humanos sino hacia la naturaleza misma.
Por ende, todos los cristianos, necesitamos desarrollar una doctrina más amplia acerca de los alcances de la caída, y por ende, de la salvación, redención y reconciliación, y del Reino de Dios, que la que tradicionalmente hemos tenido.


BIBLIOGRAFÍA.

“La Fe Cristiana frente a los desafíos contemporáneos”.
John R. W. Stott.
Libros Desafío. CRC Publications. Primera reimpresión, 1999.



18 Abr 2009
Referencia: Tema No. 05.