Estudio Bíblico

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Mayordomía de nosotros mismos.



MAYORDOMÍA DE NOSOTROS MISMOS.



MAYORDOMÍA DE NOSOTROS MISMOS.
La condición de nuestro interior (Prov 23:7) delante de Dios determinará la forma en la que ejerzamos la mayordomía de todo lo que somos y Dios nos ha dado (tanto interior como externo).
Por otro lado, no podemos pedir de los demás que sean buenos mayordomos de lo que Dios les ha dado en tanto no lo hagamos nosotros mismos primero.
Cada uno de nosotros es espíritu, alma y cuerpo (1 Tes 5:23): las tres áreas iniciales de mayordomía.



MAYORDOMÍA DEL ESPÍRITU.
Dios anhela tener comunión con nosotros (Sant 4:5, Cant 2:14). El desea que le mostremos nuestros rostro (que estemos con El) y que le hagamos oír nuestra voz (que hablemos con El).
Implica crear las condiciones necesarias para que nuestro espíritu pueda estar en comunión y comunicación constante con el Espíritu de Dios:
• Acción de gracias, alabanza y adoración (Sal 100:4, Jn 4:23).
• Oración y comunión (1 Tes 5:17, 1 Tim 2:8).
• Lectura y meditación de la Palabra (3 Jn 2, Sal 1.1-3).
• Participación con el Cuerpo (Hch 2:41-47, Heb 10:25).
Requiere también disciplinarnos con respecto a nuestros pensamientos y sentimientos. El crear las condiciones para ello implica disciplinar nuestros pensamientos, emociones y voluntad para obligarlos a ir en la dirección que Dios y nuestro espíritu quieren, y no en la dirección que la carne quiere (Mat 26:41, Rom 7:22-23, Rom 8:5-8, Sal 103:1-2, 103:22, 104:1, 104:35). A nuestra alma hay que ordenarle que recuerde todo lo que Dios ha hecho, está haciendo y ha prometido hacer por nosotros y los nuestros  para que surja agradecimiento y el agradecimiento nos provea material suficiente para dar gracias, alabar y adorar al Señor.



MAYORDOMÍA DEL ALMA (CONSCIENTE E INCONSCIENTE).
El centro de nuestra alma es el corazón. Cuidar el alma, entonces implica como tarea prioritaria, cuidar nuestro corazón (Prov 4:18, Prov 4:20-27).
El corazón es el centro de control de la vida.
Es el centro de control de nuestras motivaciones, actitudes, vida interior.
Allí es donde se toman las decisiones, donde se decide la manera en que viviremos y las conductas que desarrollaremos.
Allí es donde reside el poder de percepción, perspicacia y conciencia, que combinados con la razón, el pensamiento, el conocimiento, el entendimiento, la memora, los sentimientos, la voluntad y el juicio, determinan nuestras acciones.
Es donde se realiza la combinación de los procesos intelectuales, emocionales y volitivos de la persona, el centro de control de donde vienen los problemas del ser humano (Mat 15:11-20).



MAYORDOMÍA DEL CUERPO.
Se “cruza”, en algunos aspectos fundamentales, con la mayordomía del alma y del corazón, principalmente en lo relacionado con lo que sale y/o entra en nuestro corazón: lo que vemos (mayordomía de los ojos), lo que oímos (mayordomía de nuestros oídos), lo que pensamos (mayordomía de nuestro cerebro), lo que hablamos (mayordomía de la boca).
Implica también el cuidado del cuerpo, de nuestras manos, de nuestros pies, lo que comemos, las adicciones, el ejercicio y la sexualidad, entre otros temas.






05 Ene 2009
Referencia: Mayordomía.