Estudio Bíblico

En las Escrituras, una serpiente es un símbolo del mal (Gen_3:1-5, Gen_3:14-15).
• Nosotros, los seres humanos somos de sangre caliente.
• Debido a ello podemos correr y seguir corriendo.

• Pero las serpientes son de sangre fría.
• Debido a ello está limitada en su capacidad para soportar, para seguir adelante.
• Con frecuencia se mueven retorciéndose (la naturaleza del mal es retorcer y retorcerse).
• Una mentira es torcer la verdad.
• Lo impuro es torcer lo puro.
• El mal es torcer lo bueno.

• Aunque el mal puede tener sus victorias, su momento para moverse y golpear, se mantiene frío.
• Por lo tanto, nunca puede perdurar.
• El engaño tiene la sangre fría.
• El odio tiene la sangre fría.
• La calumnia tiene la sangre fría.
• La opresión tiene la sangre fría.
• Todo mal tiene la sangre fría.
• Por lo tanto, el poder del mal es solamente a corto plazo y momentáneo.
• Sus días siempre están contados.
• A la larga, siempre fracasa.

• Y al final, el bien siempre supera el mal.
• El mal por ser de sangre fría, y nosotros por ser de sangre caliente, podemos superarlo.
• Por lo tanto:
• Perseveremos en lo bueno.
• Sigamos moviéndonos en lo que es verdadero.
• Sigamos defendiendo lo que es correcto.
• Al final, venceremos y prevaleceremos (1Jn_3:8, 1Jn_4:4, Isa_54:17, Mat_24:13, Jua_1:5).

Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.