Estudio Bíblico

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Perlas de la Palabra. La puerta del mal.



Todos somos tentados continuamente.
• La mejor manera de tratar con la tentación es no tratarla.
• Si nos mantenemos alejados de la tentación, hay menos posibilidad de ser tentados.
• ¿Qué es lo que nos acerca a la tentación?
• Nuestras concupiscencias (pasiones, deseos mundanos, Stg_1:14-15).
• 1Jn_2:15-17:
• Los deseos de la carne: búsqueda de placer, autosatisfacción, hedonismo, lujuria, etc.
• Los deseos de los ojos: búsqueda de lo material, autogratificación, codicia, avaricia, materialismo, el deseo de enriquecerse rápidamente etc.
• La vanagloria de la vida: el deseo de reconocimiento, búsqueda de autoexaltación: orgullo, soberbia, jactancia, arrogancia, vanidad, menosprecio a otros, etc.
• Las concupiscencias son la puerta de la tentación, lo que necesitamos es cerrarle la puerta a la tentación, combatiendo las concupiscencias.
• La transformación de nuestra vieja manera de pensar (Efe_4:22-24, Rom_12:2).
• El cuidado de nuestro corazón: lo que pensamos, lo que sentimos, lo que vemos, lo que oímos, lo que hablamos, con quien andamos, a donde vamos, que modelos seguimos.

La puerta del mal no es la tentación, ni el pecado, es aquello que nos conduce a la tentación y al pecado.
• Localicemos la puerta a la tentación.
• Y entonces, mantengámonos alejados de ello todo lo posible.
• Porque es sabio quién, en lugar de tratar con la tentación y el pecado, trata con las puertas.
• Enfoquémonos en la puerta y mantengámonos alejados de ella.


Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.

31 Ene 2024