Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Liberándonos de la trampa del que dirán y de la presión de grupo.



Una de las cosas que el diablo usa para impedirnos caminar en el propósito de Dios para nuestras vidas y en todos los temas que involucra, es el temor al qué dirán, la presión de grupo.
• Es el resultado de seguir nuestros caminos que nos parecen derechos para ganar la aprobación y el reconocimiento de las personas a nuestro alrededor, lo que, en el fondo, nos esclaviza a ellas y nos impide servir a Dios (Gal_1:10).
• Los caminos que nos dicta el mundo y que aprendimos por la educación y la cultura.
• Que son para agradar al mundo.
• Los caminos que nos dictan otros cristianos que implican vivir el cristianismo para hacer lo que otros dicen sin cambios en el corazón (tradiciones y/o mandamientos de hombres).
• Que son para quedar bien con los hermanos.

• El amor al prójimo no implica, en ningún momento que nos dejemos controlar por los demás.
• Ni siquiera Dios nos controla.
• Él nos convence y nos guía, pero no nos controla para manipularnos (Deu_30:19-20).
• Si Dios no lo hace, menos deberíamos permitir que las personas lo hagan con nosotros o pretender nosotros hacerlo con otros.
• El control y la manipulación en cualquiera de sus formas es una actividad satánica.

Cada uno de nosotros tenemos un deseo que está implícito en el diseño de Dios (Su imagen en nosotros) de ser amados, aceptados, valorados, reconocidos, aprobados, pertenecer, encajar, sentirnos conectados a otros, etc. (Gen_2:18, Ecl_4:9-12, Amó_3:3).
• Sin la relación con otros seres humanos no podemos desarrollar el amor al prójimo (Mat_22:39-40).
• Sin la relación con otros no vamos a poder cumplir plenamente el propósito de Dios para nuestras vidas.
• Pero cuando ello se convierte en una obsesión que nos impide seguir al Señor y a Su Palabra, o solo seguirlo cuando nos conviene para satisfacer el qué dirán los demás, entonces estamos en pecado (Jer_17:5-6).
• Dios no solo ve lo que hacemos sino el motivo por el cual lo hacemos, que es lo más importante (1Sa_16:7). Y en este caso el motivo no es por amor a Él sino por amor a la aprobación, al reconocimiento de los demás.
• El temor a la desaprobación, la crítica, el rechazo, etc., es la razón más común por la que nos desviamos del propósito de Dios.
• Nos lleva a retroceder en hacer lo correcto a pesar de que lo sabemos (Pro_29:25).

Las trampas del que dirán.
1. Nos desviará de la voluntad de Dios para nuestras vidas.
• Si constantemente estamos ocupados en satisfacer lo que otros esperan de nosotros nos desviaremos de satisfacer a Dios con el desarrollo y cumplimiento de Su propósito para nosotros.
• Nos limitará para alcanzar a ser la persona que Dios quiere y limitará nuestro potencial en todos los aspectos.
2. Impedirá que nuestra fe crezca.
• Una de las formas más importantes para que nuestra fe crezca y se desarrolle es la obediencia a Dios (Heb_11:8), pero si por la presión del que dirán los demás nos privamos de obedecer a Dios, no solo estamos pecando sino limitando nuestro crecimiento en la fe (Jer_17:7-8) y Sus bendiciones sobre nuestras vidas.
3. Se convertirá en un lastre emocional.
• Es tremendamente desgastante tratar de agradar a todas las personas. Es un asunto prácticamente imposible. Ni Dios ha logrado agradar a todos.
• Cualquier temor nos incapacita, incluido el temor al que dirán los demás (1Jn_4:18).
• Al ser dependientes de la aprobación de los demás les estamos otorgando el poder en nuestras vidas en lugar de que Dios lo tenga (Gal_1:10) y eso produce toda clase de inseguridades que nos desgastan emocionalmente.
4. Nos conducirá a otros pecados.
• Alimenta la hipocresía, la mentira, la cobardía, la injusticia, etc.
5. Invalida o limita nuestro testimonio.
• O nos resistimos a proclamar el mensaje de la Palabra de Dios por temor al qué dirán, o lo torcemos para acomodarlo a lo que los demás quieren oír y les puede agradar (Jua_7:13)(Luc_16:15).

Libres del que dirán.
Dios quiere liberarnos de la adicción a la aprobación.
• Primero necesitamos arrepentirnos de haber puesto a los hombres por delante de Dios en cuanto a buscar su aprobación (cambio de pensamientos, emociones, sentimientos, actitudes, motivaciones y decisiones). (Hch_3:19).
• No necesitamos de la aprobación de nadie para tener gozo.
• El gozo es un fruto del Espíritu no de la aprobación de los demás (Gal_5:22-23).
• En lugar de concentrarnos en las personas (imposibles de satisfacer) concentrémonos en Jesús que nos acepta incondicionalmente (Efe_1:6).
• Dios nos hizo para ser nosotros mismos y agradarle solo a Él.
• Sal_139:13-16, Efe_2:10, Cnt_7:10, Pro_23:15, Pro_23:24.
• Un día tendremos que dar cuentas de la forma como cumplimos el propósito de Dios para nuestras vidas (1Pe_4:10, 1Co_4:2).
• Ni siquiera Dios mismo ha logrado complacer a toda la humanidad.
• La aprobación humana es temporal, la aprobación de Dios es eterna (2Co_4:18).
• A la luz de la eternidad, lo que otros piensen de nosotros en este momento o más adelante en la vida terrenal, es irrelevante, no va a importar en lo absoluto. Es más, es posible que ni si quiera importe un poco de tiempo más adelante.
• Solo necesitamos complacer a Dios, toda nuestra vida solo depende de Él (Sal_23:1-3).
Este es un punto sumamente importante: agradarlo a Él es una clave importante para llegar a ser firmes y no dejarnos manipular por los demás.

24 Oct 2023