Fe, confianza y dependencia.
Sal_11:1-2, Sal_11:4-5.
• Un elemento esencial de la fe es la confianza y la dependencia.
• Sin confianza y dependencia totales, lo que hay es una fe inmadura o presunción de fe.
• La presunción es aquella falsificación de la fe que manifiesta una persona que no es verdaderamente creyente, que la obediencia no es su enfoque.
• Su interés está solo en las bendiciones de Dios, pero no en la obediencia a Su Palabra.
• La fe inmadura es la de aquella persona que está dando sus primeros pasos en la fe (aunque ya tenga muchos años de ser salva), que no ha crecido en el conocimiento de Dios y de la obediencia.
• En ambos casos, cuando es puesta a prueba duda, vacila, transforma a la persona en una persona de doble ánimo, con la diferencia de que:
• Quién tiene presunción de fe se irrita, se enoja, se pelea con Dios.
• En tanto que la persona de fe inmadura busca la razón de esa vacilación, y se activa en superarla.
• Lo que necesita es afirmarse en la fe por la Palabra de Dios y con la ayuda del Espíritu Santo para que esa fe incipiente sea transformada en una fe sólida, madura (Rom_10:17).
• La fe madura confía y depende totalmente en el Señor, no escapa de las situaciones difíciles.
• Sabe que Dios tiene el control de todas las situaciones y circunstancias de la vida, incluidos los cabellos de nuestra cabeza (Mat_10:30, Luc_12:7).
• Sabe que todas las cosas, situaciones y circunstancias, incluidas las que no nos gusten, obran para el bien de los que amamos a Dios (Rom_8:28-30).
• Sabe que al final, en todas las cosas saldrá más que vencedor por el amor de Cristo y el Padre hacia él (Rom_8:37-39).
• ¿Cómo estamos nosotros en cuanto a nuestra fe?
• Presunción.
• Necesitaría orar para que el Espíritu Santo traiga a su vida convicción de pecado (Jua_16:7-9), arrepentimiento (Mat_4:17) y volverse al Señor de todo corazón, reconociendo Su Señorío sobre su vida (Rom_10:8-10).
• Fe inmadura.
• Necesita fortalecerla en el Señor, con la Palabra de Dios (Rom_10:17) y con el poder de Su fuerza (la comunión con el Espíritu Santo) para soportar todos los ataques del diablo y permanecer firme (Efe_6:10-12)
• Fe madura.
• Necesita no desmayar, perseverar, cuidarla diligentemente (Heb_2:1).
Sal_11:3-5.
• Cuando los fundamentos son destruidos, ello es una prueba del corazón de cada persona.
• Para los que creemos en Cristo, de la firmeza de nuestra fe, dependencia, confianza en Él y de la solidez de nuestra fe (presunción, fe inmadura, o fe madura).
• Para los injustos (no creyentes, pecadores, impíos), una prueba más de su incredulidad y de la justicia de su condenación final si no se arrepienten.
• Cuando los fundamentos son destruidos (2Ti_3:1.5, 2Ti_4:3-4)
• Los creyentes debemos esforzarnos aún más por mantenernos firmes en ellos, junto a nuestras familias (2Ti_3:12-17, 2Ti_4:1-2, 2Ti_4:5).
• Y ello, aunque el mundo abrace esa destrucción (como hoy con la ideología de género, el abortismo, la persecución de la fe judeo-cristiana y la moralidad y ética derivada de ella, la inmoralidad sexual, la codicia y el irrespeto a la vida en todas las formas posibles, en su máxima expresión (Rom_1:21-32).
• O el liberalismo teológico, la crítica literaria, los intentos de pertinencia (amoldar la Escritura al mundo y no al revés, Jer_15:19).
• Cuando los fundamentos son destruidos (nuestra fe es atacada, desvalorizada, puesta en duda, tergiversada, etc.) el mundo reacciona:
• Maquinando y preparando los ataques contra el judeo-cristianismo, contra nuestra fe.
• Dirigidos no solo al ataque físico (persecución) sino al ataque del corazón (duda, incredulidad, temor, amargura, etc.).
• Ante ello necesitamos guardar nuestro corazón (Pro_4:23) redoblando nuestra búsqueda de la dirección de la Palabra y del Espíritu para cuidar:
• Lo que pensamos (Fil_4:8).
• Lo que vemos (Sal_101:6, Mat_6:22-23).
• Lo que oímos (Rom_10:17, y lo mismo aplica al temor, la duda, la incredulidad, etc.9.
• Lo que hablamos (Pro_18:20-21).
• Con quién nos juntamos (Pro_13:20)
• A dónde vamos (Pro_1:16, Pro_6:18).
• Que modelos seguimos (Sal_101:6).
• Cuando los fundamentos son destruidos, aunque no lo parezca, ni lo veamos, Dios está atento.
• Al malo y al que ama la violencia, Su alma los aborrece.
• Sobre los malos hará llover calamidades (Sal_2:1-5) en el tiempo oportuno, después de darles tiempo al arrepentimiento (2Pe_3:9).
Sal_11:7.
• El Señor es justo y ama la justicia (Gal_6:7-8, Rom_8:5-8).
• Por ello, vendrá calamidad sobre los incrédulos, pecadores, impíos (Apo_21:8)
• Y los justos miraremos Su Rostro.
• En la tierra, Su obra (fortaleza, seguridad, cuidado, Sal_18:1-2)
• En la eternidad, estaremos frente a frente con Él (Apo_21:3-4, Apo_22:4).
• Un elemento esencial de la fe es la confianza y la dependencia.
• Sin confianza y dependencia totales, lo que hay es una fe inmadura o presunción de fe.
• La presunción es aquella falsificación de la fe que manifiesta una persona que no es verdaderamente creyente, que la obediencia no es su enfoque.
• Su interés está solo en las bendiciones de Dios, pero no en la obediencia a Su Palabra.
• La fe inmadura es la de aquella persona que está dando sus primeros pasos en la fe (aunque ya tenga muchos años de ser salva), que no ha crecido en el conocimiento de Dios y de la obediencia.
• En ambos casos, cuando es puesta a prueba duda, vacila, transforma a la persona en una persona de doble ánimo, con la diferencia de que:
• Quién tiene presunción de fe se irrita, se enoja, se pelea con Dios.
• En tanto que la persona de fe inmadura busca la razón de esa vacilación, y se activa en superarla.
• Lo que necesita es afirmarse en la fe por la Palabra de Dios y con la ayuda del Espíritu Santo para que esa fe incipiente sea transformada en una fe sólida, madura (Rom_10:17).
• La fe madura confía y depende totalmente en el Señor, no escapa de las situaciones difíciles.
• Sabe que Dios tiene el control de todas las situaciones y circunstancias de la vida, incluidos los cabellos de nuestra cabeza (Mat_10:30, Luc_12:7).
• Sabe que todas las cosas, situaciones y circunstancias, incluidas las que no nos gusten, obran para el bien de los que amamos a Dios (Rom_8:28-30).
• Sabe que al final, en todas las cosas saldrá más que vencedor por el amor de Cristo y el Padre hacia él (Rom_8:37-39).
• ¿Cómo estamos nosotros en cuanto a nuestra fe?
• Presunción.
• Necesitaría orar para que el Espíritu Santo traiga a su vida convicción de pecado (Jua_16:7-9), arrepentimiento (Mat_4:17) y volverse al Señor de todo corazón, reconociendo Su Señorío sobre su vida (Rom_10:8-10).
• Fe inmadura.
• Necesita fortalecerla en el Señor, con la Palabra de Dios (Rom_10:17) y con el poder de Su fuerza (la comunión con el Espíritu Santo) para soportar todos los ataques del diablo y permanecer firme (Efe_6:10-12)
• Fe madura.
• Necesita no desmayar, perseverar, cuidarla diligentemente (Heb_2:1).
Sal_11:3-5.
• Cuando los fundamentos son destruidos, ello es una prueba del corazón de cada persona.
• Para los que creemos en Cristo, de la firmeza de nuestra fe, dependencia, confianza en Él y de la solidez de nuestra fe (presunción, fe inmadura, o fe madura).
• Para los injustos (no creyentes, pecadores, impíos), una prueba más de su incredulidad y de la justicia de su condenación final si no se arrepienten.
• Cuando los fundamentos son destruidos (2Ti_3:1.5, 2Ti_4:3-4)
• Los creyentes debemos esforzarnos aún más por mantenernos firmes en ellos, junto a nuestras familias (2Ti_3:12-17, 2Ti_4:1-2, 2Ti_4:5).
• Y ello, aunque el mundo abrace esa destrucción (como hoy con la ideología de género, el abortismo, la persecución de la fe judeo-cristiana y la moralidad y ética derivada de ella, la inmoralidad sexual, la codicia y el irrespeto a la vida en todas las formas posibles, en su máxima expresión (Rom_1:21-32).
• O el liberalismo teológico, la crítica literaria, los intentos de pertinencia (amoldar la Escritura al mundo y no al revés, Jer_15:19).
• Cuando los fundamentos son destruidos (nuestra fe es atacada, desvalorizada, puesta en duda, tergiversada, etc.) el mundo reacciona:
• Maquinando y preparando los ataques contra el judeo-cristianismo, contra nuestra fe.
• Dirigidos no solo al ataque físico (persecución) sino al ataque del corazón (duda, incredulidad, temor, amargura, etc.).
• Ante ello necesitamos guardar nuestro corazón (Pro_4:23) redoblando nuestra búsqueda de la dirección de la Palabra y del Espíritu para cuidar:
• Lo que pensamos (Fil_4:8).
• Lo que vemos (Sal_101:6, Mat_6:22-23).
• Lo que oímos (Rom_10:17, y lo mismo aplica al temor, la duda, la incredulidad, etc.9.
• Lo que hablamos (Pro_18:20-21).
• Con quién nos juntamos (Pro_13:20)
• A dónde vamos (Pro_1:16, Pro_6:18).
• Que modelos seguimos (Sal_101:6).
• Cuando los fundamentos son destruidos, aunque no lo parezca, ni lo veamos, Dios está atento.
• Al malo y al que ama la violencia, Su alma los aborrece.
• Sobre los malos hará llover calamidades (Sal_2:1-5) en el tiempo oportuno, después de darles tiempo al arrepentimiento (2Pe_3:9).
Sal_11:7.
• El Señor es justo y ama la justicia (Gal_6:7-8, Rom_8:5-8).
• Por ello, vendrá calamidad sobre los incrédulos, pecadores, impíos (Apo_21:8)
• Y los justos miraremos Su Rostro.
• En la tierra, Su obra (fortaleza, seguridad, cuidado, Sal_18:1-2)
• En la eternidad, estaremos frente a frente con Él (Apo_21:3-4, Apo_22:4).
18
Oct
2023