Estudio Bíblico

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Venciendo la envidia.



LA ENVIDIA, ENEMIGA DEL PROPÓSITO.
(Propósito).


Dios nos creó a cada uno de nosotros de una manera única, especíal, totalmente individual, para cumplir Su propósito en nuestras vidas, que implica, por lo menos, cinco temas:
• Adoración (amar a Dios con todo nuestro ser).
• Discipulado (que el carácter de Cristo sea formado en nosotros).
• Comunión (ser parte activa del Cuerpo de Cristo).
• Servicio (amar a nuestros hermanos y al prójimo).
• Evangelismo (amar a los que están perdidos).

La manera en que cada uno de nosotros cumple con esas cinco acciones o temas (forma, recursos, tiempo, lugares, planes, etc.) es absolutamente única, incomparable con la forma como lo hacen los demás.
• Dios no hace clones, imitaciones, copias.
• Dios solo hace originales.
• Cada uno de nosotros somos un original en toda la creación y en todo el universo.
• Solo nosotros podemos cumplir la forma particular en que Dios ha diseñado que cumplamos Su propósito.

Naturalmente nos fijamos e interesamos en la forma en la que otros cumplen Su propósito, en sus vidas.
• Eso forma parte de la forma en que hemos sido diseñados (para tener y seguir modelos que nos ayuden a superarnos) (Sal_101:6) (Jua_13:15).
• Tener un modelo no implica imitarlo, ser una copia.
• Es incorporar alguna característica que va con nuestro diseño para mejorarla.
• El único modelo que necesitamos tratar de seguir en todos los aspectos es el modelo de Cristo.

El asunto de poner atención en otros se vuelve un problema cuando la forma en que Dios los diseñó nos fastidia o rechazamos la forma como Dios nos hizo y/o empezamos a envidiar lo que otros poseen (Pro_14.30).
• La envidia es una trampa del diablo que produce:
• Amargura en nuestro corazón.
• La amargura nos impide alcanzar la Gracia, las bendiciones de Dios (Heb_12.15),
• Y también la plenitud que implica vivir en el cumplimiento del propósito de Dios.
• Nos roba, o por lo menos, nos distrae del desarrollo del propósito de dios en nuestras vidas.
• En lugar de concentrarnos en ello nos concentramos en lo que los demás están haciendo que no podemos hacerlo nosotros.

La envidia es una derivación de la codicia, de hecho, son prácticamente lo mismo: codiciar lo que otros tienen, el 10o. de los diez mandamientos.
• Es el rechazo y negación de nuestra singularidad (Efe_2:10, Sal_139:13-16).
• Nos ciega para apreciar y valorar lo asombroso de nuestra singularidad (Job_42:3, Sal_139:13-14) y de la de otros.
• Es un desperdicio de un recurso valioso e irrecuperable, nuestro tiempo (Ecle_4:4), además de nuestra energía.
• Nos roba el gozo del contentamiento y la expectativa de la superación de nuestra vida (Pro_4:18).
• Nos conduce a otros pecados:
• El desamor, celos, disensiones, divisiones, ira,
• Griterías, contiendas, rivalidades, enojo, competencia.
• Mentiras, robo, y hasta asesinato (Caín, Saúl, los hermanos de José, los escribas y fariseos con respecto a Jesús) (Stg_3:16).

Constituye un pecado contra Dios.
• En primer lugar, porque es una forma de rebelión hacia la forma como Él nos diseñó.
• En segundo lugar, porque da por sentado que Dios no es tan Sabio ni tan Perfecto como Es:
• Nuestro plan para nosotros, o para otros, parece ser mejor que el que Él tiene.
• En tercer lugar, constituye un insulto para con Dios.
• Es decirle "Te equivocaste conmigo, podías haberlo hecho mejor".

Pasos para erradicar la envidia.

• Aceptar con admiración y agradecimiento hacia Dios Su singular y original diseño para con nosotros y para con otros.
• Somos incomparables, únicos en nuestra clase.
• Todo lo que poseemos es una dádiva de la gracia de Dios para con nosotros (Jua_3:27, Stg_1:17, 1Co_4:7-8).
• Si no tenemos y mantenemos gozo por lo que tenemos, no tendremos gozo con nada más (Ecl_6:9).
• La envidia pregunta ¿por qué ellos? ¿por qué ellos tienen lo que yo no tengo'.
• La gratitud pregunta ¿por qué yo? ¿por qué tengo lo que tengo? ¿por qué a mí?
• Desear crecer en todos los aspectos de nuestra vida, tener un deseo de ser mejor y metas de fe son todas cosas buenas:
• Si provienen de Dios (3Jn_1:2).
• Benefician a otros (2Co_9:11).
• Y se realizan en fe para la gloria de Dios (Col_2:23-24).
• Pero la envidia envenena todo lo que toca e impide la bendición de Dios sobre nuestros esfuerzos.

• Entender que nuestro original y singular diseño es obra de su infinita Sabiduría y Omnisciencia, así como también el de los demás.
• Todo lo que Dios hace y permite en nuestras vidas, tanto como lo que no hace y no permite, son cosas buenas (Rom_8:28-29) porque todo obra para nuestro bien.
• Todo lo que Dios hace y permite en nuestras vidas, tanto como lo que no hace y no permite:
• Son parte de Sus planes de bien y no de mal para darnos un futuro y una esperanza (Jer_29:11).
• Para llevar nuestra vida como la luz de la aurora, en aumento (Pro_4:18).
• Para llevarnos hasta nuestro perfeccionamiento total en el día de Jesucristo (Fil_1:6).
• Dios es Bueno siempre, en todo lo que hace.
• Lo que a nosotros nos toca es confiar plenamente en Su Sabiduría y Omnisciencia:
• Dando gracias por ella.
• Teniendo pleno contentamiento y gozo con lo que ha permitido para nuestras vidas (1Ts_5:18) (Sal_100:4).

• Entender que la envidia nos impide tener plena comunión con Dios.
• Porque ella no comienza por las quejas y los reclamos de la envidia, sino por el agradecimiento del contentamiento.

• Dejar de compararnos con otros.
• La comparación es la raíz de toda envidia.
• Desgraciadamente, esa es la forma de vida del mundo, que la aprendimos desde la niñez.
• Crecemos comparándolo todo: apariencia, calificaciones, ropa, casas, padres, familia, recursos, etc.
• La comparación lleva a uno de dos reacciones negativas, ambas pecado.
• El orgullo: cuando nos comparamos a los demás y resultamos "mejores" que otros.
• La envidia: cuando nos comparamos a los demás y resultamos "peores" que otros.
• Lo que verdaderamente importa no es si a unos les va mejor que a otros, sino si estamos cumpliendo el propósito para el cual Dios nos diseñó.
• Dios nos evaluará, al final de nuestras vidas, para recompensarnos, no por lo que no tenemos, sino por la forma como utilizamos lo que Él nos dio.
• Dios no nos ha llamado a ser los mejores del mundo en alguna cosa; nos ha llamado a ser las mejores personas que podemos ser de acuerdo a nuestro diseño.

• Celebrar la bondad de Dios para con otros.
• Dios nos pide y manda que, en lugar de enojarnos por los triunfos de otros y la bondad de Dios sobre ellos, nos gocemos con ellos (Rom_12:15).
• La gracia de Dios que parece ilimitada para con ellos, también es ilimitada para con nosotros, aunque puede ser que en aspectos diferentes a los de ellos (Efe_3:8)(Efe_1:7-8).
• Gozarnos en la gracia sobre ellos, entonces, es gozarnos en la Gracia de Dios sobre nosotros.
• Cuando aprendemos a gozarnos con las alegrías de los demás, además de por las propias, siempre tendremos algo por qué gozarnos, y no habrá mucho lugar para la tristeza.

• Confiar plenamente en Dios, nuestro Padre, cuando la vida parezca injusta.
• Algunas personas tienen la tendencia de que cuando las cosas no les parecen justas en su vida o en la vida en general, acusan a Dios de ser injusto, dudando de Su Bondad.
• Dios en Su Sabiduría y Su Omnisciencia, además de Su Bondad y Justicia, nos da y permite en nuestras vidas solo aquello que es para nuestra bendición.
• Y no nos da ni permite en nuestras vidas aquellas cosas que, aunque no comprendamos, no son para bendición desde la perspectiva del cumplimiento de Su propósito para con nosotros.
• Algún día comprenderemos si es necesario, pero mientras tanto:
• No caigamos en la tentación de acusar a Dios de injusticia por cosas que no comprendemos.
• Más bien, agradezcamos por lo bueno que ha sido al darnos y permitirnos lo que nos ha dado y permitido.


05 Oct 2023
Referencia: Carácter.