Estudio Bíblico

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Venciendo la tentación.



VENCIENDO LA TENTACIÓN.
(Discipulado).


A veces nos puede dar la impresión que la tentación es invencible para nosotros, pero ello no es más que una mentira de satanás que pretende mantenernos atados a ella.

Para poder vencer la tentación necesitamos, primero que nada, conocer su dinámica (no debemos ignorar las maquinaciones del diablo, 2Co_2:11).

• Stg_1:12-15.
• Si soportamos la tentación,
• Seremos dichosos (bienaventurados).
• Tendremos una recompensa: la corona de vida.
• La tentación nunca viene de Dios, siempre viene del diablo (rechazarla de plano).
• Cada uno es tentado por sus propias concupiscencias (pensamientos, emociones, sentimientos, motivaciones, actitudes, deseos, anhelos, pasiones).
• El campo de batalla contra la tentación, entonces, está en la mente:
• La tentación (el dardo de fuego del maligno: un pensamiento, emoción, etc.).
• Es en este nivel donde necesitaríamos vencerla, rechazándola.
• En primer lugar, orarle al Señor que no la permita (Mat_6:13).
• En segundo lugar, orando (Mat_26:41, Mar_14:38, Luc_22:40, Luc_22:46).
• En tercer lugar, combatiéndola con la Palabra.
• Como Jesús en las tentaciones en el desierto.
• El escudo de la fe y la espada del Espíritu, Efe_6:16-17).
• En cuarto lugar, huyendo de ella (de todas las situaciones que podrían provocar que cayéramos en ella, cerrar puertas, José con la mujer de Potifar, 1Co_6:18, 1Co_10:14).
• Es una cuestión de hábito, costumbre, práctica.
• A partir de aquí, cada vez que la tentación sube un nivel en nuestra mente, nos va a ser más difícil batallar en contra de ella que en el nivel anterior).
• Atracción (la lucha entre si o no, ponerle pensamiento a la posibilidad).
• Seducción (convencimiento).
• Concepción (planearlo).
• Ejecución (darlo a luz).
• Muerte (acusación, juicio, culpa, condena).

• Dios nos ha prometido que no tendremos que soportar ninguna tentación que sea mayor que nuestras fuerzas para poder vencerla (1Co_10:13).
• Por el otro lado también nos ha dado para ello:
• El poder del Espíritu Santo (Hch_1:8).
• El escudo de la fe (Efe_6:16).
• La espada del Espíritu (Efe_6:17).
• Y finalmente también ha prometido que cuando venga la tentación nos dará una puerta de salida para no caer en ella (Stg_4:7).

Pero necesitamos, en primer lugar, ejercer nuestra resistencia, refugiarnos en el Espíritu Santo, tomar el escudo de la fe y la espada del Espíritu (la Palabra) para rechazarla y tomar la salida que Dios nos abre.

Claves bíblicas para derrotar la tentación.
• Percatarnos de nuestra vulnerabilidad y prepararnos para no ceder a ella.
• No conocer nuestras debilidades o no estar conscientes de ellas en todo tiempo es la puerta para el desastre.
• Nos confiamos, no nos preparamos para resistir, y le damos una ventaja al diablo.
• Nunca debemos bajar la guardia ni pensar que la tentación no nos puede alcanzar. Aún Jesús fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero no pecó (Heb_4:15).
• Percatarnos de nuestras debilidades y estar conscientes de ellas todo el tiempo nos va a facilitar huir de la tentación antes de que venga, o al primer momento que se haga presente.
• Huir de la tentación es más fácil que salir de ella (1Co_10:12).
• Concentrar nuestra atención en algo diferente a la tentación o al objeto de la tentación.
• Si pensamos en la tentación o en el objeto de ella, la fortalecemos (atracción, sugestión, seducción).
• La tentación siempre comienza con un pensamiento pretendiendo captar la atención de nuestra mente (Stg_1:12-15),
• La tentación empieza por captar nuestra atención (atracción).
• Lo que capta nuestra atención estimula nuestro deseo (seducción).
• Nuestros deseos activan nuestra conducta (concepción y dar a luz).
• Por ello la mejor manera de neutralizarla es ocupar nuestros pensamientos en otra cosa (oración, alabanza, acción de gracias, meditar la Palabra, etc.) (Rom_12:2, Fil_4:8).
• Por otro lado, necesitamos alejarnos de situaciones y/o personas que pueden estimular la tentación en cualquier forma.
• Tener un amigo o grupo de apoyo para buscar ayuda en los tiempos de dificultad.
• Una persona con quién podamos expresar y compartir con sinceridad nuestras luchas (sin que nos reproche, más bien que nos apoye, (Gal_6:1-2, Ecl_4:9-12).
• Alguien que nos ayude orando por nosotros, animándonos y ayudándonos a asumir nuestra responsabilidad.
• Para ello necesitamos encontrar a la persona adecuada, y además de ello estar dispuesto a dejar de lado nuestro orgullo, nuestras máscaras, el "¿qué dirán?".
• También necesitamos humildad para reconocer nuestras debilidades, faltas, fracasos, etc., ante otro.
• Al final de cuentas, todos luchamos contra lo mismo.
• Resistir al diablo.
• Si somos hijos de Dios el diablo no nos puede obligar a hacer nada.
• Cuando viene la tentación necesitamos usar la Palabra para resistir al diablo de la misma manera que lo hizo Jesús en las tentaciones en el desierto (Mat_4:1-11).
• Nunca debemos discutir con el diablo; él lo hace mejor que nosotros (miles de años de practicar).
• Pero podemos resistirle usando el arma que le hace temblar: la Palabra de Dios.

28 Sep 2023