Estudio Bíblico

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Reconciliadores de relaciones. Pacificadores.



PACIFICADORES.
(Comunión).


Entre las cualidades de un hijo de Dios que mencionan las bienaventuranzas está la de ser pacificadores (Mat_5:9).
• Ser un pacificador implica dos cosas:
• Prevenir los conflictos y
• Restaurar las relaciones cuando se ha producido un conflicto.
• No es:
• Evitar los conflictos, huir de ellos, aparentar que no existen o tener temor de hablar de ello.
• Tampoco es apaciguar cediendo siempre, dejándonos poner el pie encima o permitiendo que los demás nos pasen por encima.
• Jesús se negó a ceder en muchos asuntos y se mantuvo firme en su oposición al mal y en su oposición a los Escribas, los Fariseos y los Saduceos.
• A veces necesitamos, no evitar los conflictos, sino crearlos (1Co_11:19) y resolverlos
• Por ello necesitamos ser guiados por el Espíritu Santo para saber cuándo procede cada cosa (Rom_8:14).
• Prevenir, o
• Restaurar.
• Ambas actividades son un cumplimiento del mandamiento de amar a nuestro prójimo (Mat_22:39).

Una de las formas en las que podemos resumir la vida del creyente es que aprendamos a amar al prójimo, a valorar las relaciones.
• La capacidad de llevarnos bien entre nosotros es un reflejo de nuestro crecimiento y madurez espiritual (Fil_2:1-2, Rom_15:5).
• Como pacificadores Dios nos ha dado el ministerio de restaurar relaciones (2Co_5:17-18).
• Por ello, gran parte del Nuevo Testamento, se ocupa de la enseñanza de cómo serlo y hacerlo.


Siete principios bíblicos para restaurar una relación.

• Orar: hablar con Dios antes que con la persona (prevención de conflictos).
• Muchos de nuestros conflictos se deben a necesidades insatisfechas (esperamos que los demás las satisfagan y no lo hacen).
• Otros son por la falta de dirección del Espíritu Santo cuando tomamos decisiones.
• En ambos casos, en vez de depender de Dios dependemos de los demás o de nosotros mismos.
• Necesitamos acudir a Dios primero en busca de provisión y dirección.

• Tomar la iniciativa siempre.
• No importa quién haya sido el ofendido y quién el ofensor.
• Perdonar y pedir perdón.
• Dios espera que demos el primer paso en cualquiera de las dos situaciones.
• Restaurar las relaciones es tan importante para el Señor que le asigno una prioridad incluso por encima de la adoración (las ofrendas) (Mat_5:23-24).
• Y ese paso debe darse lo más rápidamente posible (Efe_4:26-27).

• Ser comprensivo.
• Necesitamos "escuchar" atentamente los sentimientos de la otra persona, aunque no sean infalibles ni lógicos (Sal_73:21-22).
• Pedimos perdón no porque no tengamos razón, pedimos perdón porque hemos lastimado y/u ofendido al otro.

• Reconocer y confesar nuestra parte en el conflicto.
• Un conflicto siempre tiene dos partes involucradas.
• Necesitamos reconocer y confesar nuestros propios errores y/o pecados (1Jn_1:8).
• No nos excusemos ni culpemos al otro, reconozcamos con sinceridad nuestra parte en el conflicto.

• Atacar el problema, no a la persona.
• No es posible que solucionemos un conflicto si lo que nos interesa es encontrar culpables (que generalmente no vamos a ser nosotros por supuesto).
• Por el otro lado también cuidemos nuestras palabras para que no aumenten| el conflicto en lugar de resolverlo (Pro_12.16).

• Renunciar a nosotros mismos, al orgullo.
• La paz muchas veces tiene un precio y es el de doblegar nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestro ego (Rom_12:18, Heb_12:14).
• Implica renunciar a utilizar el arsenal de la carne: desaprobación, menosprecio, comparaciones, etiquetas, insultos, condescendencia, sarcasmo, arrogancia, jactancia, etc.

• Enfocarnos en la reconciliación, no en la resolución del desacuerdo.
• La reconciliación se enfoca en la relación.
• La resolución se enfoca en el problema.
• Cuando nos enfocamos en la reconciliación el problema debe pasar a un segundo plano y/o volverse irrelevante.
• Dios busca en nosotros la unidad, no la uniformidad, de tal manera que podemos relacionarnos y caminar con otros a pesar de algunos desacuerdos (1Pe_3:11).

26 Sep 2023