Adoradores en espíritu y en verdad.
ADORACIÓN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.
(Adoración).
La adoración es la manifestación del cumplimiento del mandamiento de amar a Dios con todo nuestro ser (Mat_22:37).
• El Señor no quiere solo una parte de mí, quiere todo de mí, una devoción plena.
• Pero no por obligación, sino por amor, por agradecimiento y con gozo (1Jn_4:19) (Sal_100:4) (1Ts_5:16-18).
Adoradores en Espíritu y en Verdad.
La adoración que le agrada a Dios es:
• Una adoración verdadera.
• Basada en la Verdad de las Escrituras, como la Biblia nos lo revela.
• No podemos crear nuestra propia imagen de Dios, la que nos resulta cómoda, conveniente o que no moleste a los demás, y luego adorarla.
• Eso no sería adoración, sino idolatría (Exo_20:4)(Deu_5:8).
• Una adoración auténtica.
• Que sea la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios.
• Sincera, de corazón (no se trata de decir las palabras correctas; se trata de manifestarle lo que verdaderamente hay en nuestro corazón hacia Él)(1Sa_16:7).
• El Señor aborrece la hipocresía, la mentira, la teatralidad, el fingimiento, la farsa en la adoración (Mat_6:1-18).
• Podemos adorarlo con imperfecciones (Fil_1:6) pero no con falta de sinceridad.
• Una adoración reflexiva.
• El Señor nos manda a amarlo con toda nuestra mente.
• Ello implica que nuestra mente debe estar puesta en la adoración.
• Admirar, respetar, valorar, reverencia, honrar, apreciar son todas formas de adoración reflexiva.
• Le adoramos también cuando meditamos en Su Palabra (Sal_1:2), cuando recordamos todo lo que Él Es (Su Nombre) y todo lo que ha hecho por nosotros (Sal_103:1-2).
• Una adoración práctica (Rom_12:1).
• Es una adoración usando todo nuestro cuerpo (Él quiere adoración con todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, 1 Ts_5:23).
• Sin nuestro cuerpo no podemos hacer nada en esta vida; nuestro espíritu y nuestra alma solo pueden estar donde está nuestro cuerpo; si nuestro cuerpo no está allí, en realidad no estamos presentes.
• Y es un sacrificio vivo porque Él quiere que vivamos para Él.
• Una adoración centrada en Él.
• Cuando adoramos, el factor de mayor distracción somos nosotros mismos, nuestros intereses y preocupaciones, planes, agenda, etc., (Jua_3:30)(Jer_17:9).
• La verdadera adoración implica una decisión.
• David lo sabía (2Sa_24:24).
• Es la decisión de:
• Morir a nuestro egocentrismo (Jua_3:30, Mat_16:24-26).
• Retirar deliberadamente el enfoque de nuestra persona.
• Requiere, además de decisión, esfuerzo y energía.
• Una adoración diversa:
• Vivir nuestras vidas para Él, obediencia, alabanza, confesión, clamor, de pie, arrodillados, danzando, dando gritos de gozo y de júbilo, el testimonio, con instrumentos musicales, alzando las manos, ofrendas, oración, etc., todo ello es adoración.
• Pero más que la forma es el corazón lo que verdaderamente importa (el Señor ve nuestro corazón, no la forma, no la apariencia, 1Sa_16:7).
• Gratitud, humildad, arrepentimiento, servicio a los demás, compartir recursos con los necesitados.
• El mejor estilo de adoración es el que más se adapta a nuestra propia individualidad y representa más auténticamente nuestro amor a Dios.
(Adoración).
La adoración es la manifestación del cumplimiento del mandamiento de amar a Dios con todo nuestro ser (Mat_22:37).
• El Señor no quiere solo una parte de mí, quiere todo de mí, una devoción plena.
• Pero no por obligación, sino por amor, por agradecimiento y con gozo (1Jn_4:19) (Sal_100:4) (1Ts_5:16-18).
Adoradores en Espíritu y en Verdad.
La adoración que le agrada a Dios es:
• Una adoración verdadera.
• Basada en la Verdad de las Escrituras, como la Biblia nos lo revela.
• No podemos crear nuestra propia imagen de Dios, la que nos resulta cómoda, conveniente o que no moleste a los demás, y luego adorarla.
• Eso no sería adoración, sino idolatría (Exo_20:4)(Deu_5:8).
• Una adoración auténtica.
• Que sea la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu de Dios.
• Sincera, de corazón (no se trata de decir las palabras correctas; se trata de manifestarle lo que verdaderamente hay en nuestro corazón hacia Él)(1Sa_16:7).
• El Señor aborrece la hipocresía, la mentira, la teatralidad, el fingimiento, la farsa en la adoración (Mat_6:1-18).
• Podemos adorarlo con imperfecciones (Fil_1:6) pero no con falta de sinceridad.
• Una adoración reflexiva.
• El Señor nos manda a amarlo con toda nuestra mente.
• Ello implica que nuestra mente debe estar puesta en la adoración.
• Admirar, respetar, valorar, reverencia, honrar, apreciar son todas formas de adoración reflexiva.
• Le adoramos también cuando meditamos en Su Palabra (Sal_1:2), cuando recordamos todo lo que Él Es (Su Nombre) y todo lo que ha hecho por nosotros (Sal_103:1-2).
• Una adoración práctica (Rom_12:1).
• Es una adoración usando todo nuestro cuerpo (Él quiere adoración con todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, 1 Ts_5:23).
• Sin nuestro cuerpo no podemos hacer nada en esta vida; nuestro espíritu y nuestra alma solo pueden estar donde está nuestro cuerpo; si nuestro cuerpo no está allí, en realidad no estamos presentes.
• Y es un sacrificio vivo porque Él quiere que vivamos para Él.
• Una adoración centrada en Él.
• Cuando adoramos, el factor de mayor distracción somos nosotros mismos, nuestros intereses y preocupaciones, planes, agenda, etc., (Jua_3:30)(Jer_17:9).
• La verdadera adoración implica una decisión.
• David lo sabía (2Sa_24:24).
• Es la decisión de:
• Morir a nuestro egocentrismo (Jua_3:30, Mat_16:24-26).
• Retirar deliberadamente el enfoque de nuestra persona.
• Requiere, además de decisión, esfuerzo y energía.
• Una adoración diversa:
• Vivir nuestras vidas para Él, obediencia, alabanza, confesión, clamor, de pie, arrodillados, danzando, dando gritos de gozo y de júbilo, el testimonio, con instrumentos musicales, alzando las manos, ofrendas, oración, etc., todo ello es adoración.
• Pero más que la forma es el corazón lo que verdaderamente importa (el Señor ve nuestro corazón, no la forma, no la apariencia, 1Sa_16:7).
• Gratitud, humildad, arrepentimiento, servicio a los demás, compartir recursos con los necesitados.
• El mejor estilo de adoración es el que más se adapta a nuestra propia individualidad y representa más auténticamente nuestro amor a Dios.
21
Sep
2023