Estudio Bíblico

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La perspectiva de Dios de la vida (2a. parte).



La vida como una administración (Jua_3:27, 1Pe_4:10).
• Todo lo que recibimos en la vida es una asignación que viene del cielo, de Dios, pero no para que lo usemos como se nos dé la gana, sino para administrarlo para la gloria de Dios.
• Ello implica: tiempo, talentos, capacidades, habilidades, dones, relaciones, inteligencia, oportunidades, recursos, etc.
• Del Señor es todo (Sal_24:1).
• Cuando Dios creó a Adán y Eva en el Edén, les entregó el cuidado de toda Su Creación para que la cuidaran y la labrarán (Gen_2:15, Gen_1:28).
• Ese mandamiento nunca fue anulado, sigue vigente para nosotros.
• Cuidar: es darle mantenimiento.
• Labrar: es desarrollarla.
• Por tanto, somos responsables de cuidar y labrar todo lo que Dios nos ha dado.
• Junto con todas esas cosas Él nos ha dado el manual de cómo cuidarlas: la Biblia.
• Como somos administradores, no propietarios, la administración que hagamos de ellos necesita ser conforme a Su Voluntad (Rom_12.2) (1Co_4:2).
• De la forma como administremos todo lo que Él nos ha provisto para la vida en la tierra, dependerá si recibimos recompensas para la eternidad o no (Mat_25:14-30, la parábola de los talentos) (1Co_3:11-15).
• Entre otras recompensas, podremos disfrutar de (Mat_25:21, Mat_25:23).
• Su aprobación ("bien buen siervo y fiel").
• Un ascenso ("sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré").
• Un festejo ("entra en el gozo de tu Señor").


La vida como una asignación temporal (Sal_39:4)(Sal_119:19).
• Esta vida terrenal, comparada con la eternidad, es solamente un suspiro, extremadamente breve.
• La tierra es solamente nuestra habitación temporal.
• En ella somos extranjeros y peregrinos (1Pe_2:11), embajadores (2Co_5:20).
• Nuestra verdadera y definitiva ciudadanía está en los cielos (Flp_3:20).
• La gran mayoría de nuestra vida (por no decir, en realidad, casi toda) será en la eternidad.
• Para la eternidad solo tenemos dos posibilidades:
• Con Cristo (en el cielo y la tierra nuevos, en la nueva Jerusalén).
• Sin Cristo (en el infierno).
• Nuestra vida aquí en la tierra es solo una preparación para la eternidad.
• Esta vida no consiste en la búsqueda de la felicidad terrenal.
• Es una preparación para algo mejor, para una felicidad eterna.
• No deberíamos vivir la vida aferrados a lo terrenal, sino enfocados en lo eterno (Flp_3:19).
• Es un peligro, en función de nuestra eternidad, vivir el momento, adoptando los valores, prioridades y estilos de vida del mundo que nos rodea (1Jn_2:15-17).
• Este hecho debería ser motivo suficiente para cambiar nuestra forma de pensar y vivir y ajustarla al modelo de Dios (Rom_12:1-3).
• Como no somos terrenales sino celestiales, en este mundo pasamos dificultades, sufrimiento, rechazo (Jua_16:33).
• El mundo (los terrenales y aún algunos creyentes "carnales)) nos rechazan: "religiosos, aleluyas, fundamentalistas, legalistas, retrógrados, fanáticos, radicales" y nos persiguen (Jua_15:20).
• Al mismo Jesús lo rechazaron, cuanto más o igual a nosotros (Jua_1:11).
• Ello no nos debería preocupar, sino más bien afirmar que estamos en el camino correcto (Mat_5:10-12).
• Por otro lado, como en realidad esta no es nuestra verdadera vida, algunas de las promesas de Dios pueden parecernos inconclusas, algunas oraciones sin respuesta y algunos sucesos aparentarán ser injustos (Heb_11:24-26)(Heb-11:36-40).
• Pero allí (y aquí) no termina la historia.
• Por lo mismo, que no somos de este mundo, aunque estamos en el mundo, aquí en la tierra no experimentaremos una completa satisfacción porque no fuimos creados para acá sino para la eternidad (Ecl_3:11).
• La muerte terrenal no es el final de nada, más bien es el principio de algo mucho mejor y que tendrá duración eterna (Apo_2:14).

24 Ago 2023