Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Algunas características de la oración eficaz.



Stg_5:16, Jer_33:3.
La oración eficaz del justo puede mucho.
Y ese tipo de oración tiene, por lo menos, las siguientes características:
• Una oración apasionada (Jer_33:3).
○ Se refiere a orar en cuanto a una situación, circunstancia o persona que nos interesa sobremanera, que lo consideramos necesario, esencial, para nosotros.
○ No es simplemente pedir desde nuestra mente, sino pedir desde nuestro corazón.
○ Con la plena certeza de que estamos delante del Señor, delante de Su Trono de Misericordia y Gracia para el oportuno socorro (Heb_4:16).
• Si no nos importa lo que estamos orando,
○ Si no es una verdadera necesidad o un anhelo genuino de nuestro corazón, ¿Por qué habría de importarle a Dios?
• Clamor, pasión, implica también ser ferviente, activo, urgente, enérgico.
○ Como los dos ciegos que sanó en su casa (Mat_9:27-31).
○ Como la mujer sirofenicia que pedía por la liberación de su hija (Mat_15:21-28).
○ Como los dos ciegos que sanó en la salida de Jericó (Mat_20:29-34).
○ Como Bartimeo el ciego sanado también en Jericó (Mar_10:46-52)(Luc_18:35-43).

Jesús nos dio, en el modelo de la oración del Padre Nuestro (Mat_6:5-15) algunas ideas respecto a algunos componentes de lo que es la oración eficaz (en cuanto a petición) y como una llave que enciende la comunión con Dios.

Autenticidad (Mat_6:5).
• La oración eficaz necesita ser una oración salida del corazón, no de nuestra mente.
• Una oración que implique una necesidad y un compromiso con aquello por lo cual estamos orando y con la comunión con el Padre, de lo contrario será una oración para ser reconocido, si no por los hombres, por Dios, y Él no necesita de nosotros este tipo de oración.

Intimidad (Mat_6:6).
• Si nuestra oración sale verdaderamente de nuestro corazón, ese es el aposento más secreto, la habitación más secreta de nuestra vida, no hay otra igual.
• Una oración que sale del corazón no necesita ser pública ni de un lugar público para expresarse puesto que Dios no solo conoce nuestro corazón (1Sam 16:7) sino también Él conoce nuestras palabras aún antes de que las pronunciemos (Sal_139:4).

Sentida, no mecánica (Mat_6:7).
• La oración no se trata solo de hablar y decir palabras, se trata de lo que hablemos con nuestro Padre sean palabras que pronunciamos sinceramente, salidas del corazón, con autenticidad.
• No se trata de hablar por hablar, se trata de comunicar, de intimar, de hablarle de corazón a corazón. No se trata de repeticiones memorísticas.
• Ello no implica que no podamos hablar las mismas cosas con el Señor muchas veces, pero se trata de que si lo hacemos, lo hagamos de corazón (Luc_18:1-8), orando siempre y sin desmayar.

Certeza, convicción (Mat_6:8).
• Este pasaje no es una invitación a no pedir, sino que es una invitación a pedir con certeza, con convicción, porque estamos expresándole a Dios, no algo que no conoce, sino la certeza y la convicción de que dependemos de Él totalmente para todos los aspectos de nuestra vida.
• Le estamos expresando la certeza no solo de que Él ya conoce nuestras necesidades no solo las evidentes sino también las más profundas de nuestra alma, sino que además tenemos la convicción de que como Él es no solo nuestro Dios y Pastor, sino mayormente nuestro Padre amoroso que tiene cuidado de nosotros.
• Sin lugar a dudas podemos estar perfectamente tranquilos y en paz sabiendo que Él ya tiene la provisión para ellas.
• Es una forma de reafirmar nuestra seguridad y dependencia en nuestro Padre y en Su Provisión para nosotros así como liberarnos del afán que podría producir en nosotros cualquier ataque de la carne, del mundo o del diablo que pudiera poner en duda esa certeza y esa convicción (Fil_4:6-7); es afirmarla todo el tiempo (Rom_10:17) para que nuestra fe crezca (Mar_11:22, Heb_11:1).

Pidiendo perdón y perdonando (Mat_6:14-15).
• La oración también es una recordatorio de la misericordia de Dios para con nosotros en cuanto a que perdona todos nuestros pecados, errores, fracasos, imperfecciones, malas decisiones, etc., y ello todo el tiempo.
○ Y eso porque nosotros, aún cuando seamos salvos, en nuestra vida cotidiana podemos (aunque no deberíamos) pecar ya sea por omisión, incredulidad, comisión, pensamiento, buscando nuestros propios intereses egoístas, autocomplacencia, autogratificación, autoexaltación, etc. (1Jn_2:15-17), cosas todas que son enemigas de Dios.
• La oración nos recuerda no solo esa realidad (si decimos que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos, 1Jn_1:8, y lo hacemos a Él mentiroso, 1 Jn 1.10) sino que además nos recuerda que en Él tenemos perdón de pecados porque nuevas son Sus Misericordias para con nosotros todos los días, Lam_3:22-23, y no solo nos perdona sino que nos limpia de toda maldad, 1Jn_1:9, transformándonos cada día más a la imagen de Cristo, 1Co_3:18, Fil_1:6).
• Por el otro lado, una vez reconocemos el perdón de Dios para nosotros y "parados" en Él, necesitamos igualmente perdonar a otros que nos han ofendido de alguna forma (lo que nos pudieron haber ofendido nunca se puede comparar con todo de lo que hemos sido perdonados, y no perdonar lo menos a otros cuando hemos sido perdonados de lo más es negar la gracia de Dios para ellos y por ende para nosotros también, Mat_18:23-35, además de ser una desobediencia al Padre que nos priva de alguna manera de bendiciones como una vida libre de resentimiento, deseos de venganza, ira, contiendas, etc., Deu_28:1-2, Mat_6:33).

17 Feb 2023
Referencia: Oración.