Estudio Bíblico

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La importancia de guardar nuestras palabras (1).



Mat_5:33-37.

También dos temas incluidos en este pasaje:
El de los juramentos y la integridad de nuestros compromisos.
El de cuidar nuestras palabras.

Perjurio: una forma especial que adopta la mentira.
Acción de faltar a la verdad al declarar, confesar, informar o traducir ante un juez o autoridad competente, bajo juramento (en el caso de este pasaje, la autoridad es Dios).
Por lo tanto implica cumplir con el Señor cuando se ha hecho juramento o una promesa.
Cuando no existe juramento de por medio es falso testimonio.

Dios aborrece la mentira (Pro_6:16-19, la lengua mentirosa y el testigo falso que habla mentiras).
• Porque es la naturaleza del diablo (Jua_8:44).
• Porque es todo lo contrario de Dios, la Verdad (Jua_14:6).
Este pasaje enfatiza la importancia de decir siempre, en todas las circunstancias, la verdad.

Juramentos e integridad en nuestros compromisos.
• Un juramento era una promesa solemne hecha frecuentemente en el nombre de Dios.
• Según los fariseos, los juramentos que no mencionarán el nombre de Dios no eran tan obligatorios como los que lo mencionaban.
○ Por otro lado en sus enseñanzas, en cuanto a los juramentos, menospreciaban algunas cosas sagradas y sacralizaban otras que no lo eran (Mat_23:16-22).
○ Menospreciaban el templo y el altar.
○ Sacralizaban el oro del templo y la ofrenda.
○ Ello implicaba, para los fariseos, que habían juramentos, compromisos o promesas que podían incumplirse:
• Constituía, al final de cuentas, la oficialización del permiso a mentir en ciertas circunstancias.
• Implicaba disminuír el alcance del mandamiento de Dios de "no dirás falso testimonio contra tu prójimo" (acción de faltar a la verdad, de mentir) (Exo_20:16, Deu_5:20).

Jesús, sin embargo, demuestra que Dios está relacionado con todas las cosas (el cielo, la tierra, Jerusalén, la cabeza, el templo, el altar, el oro del templo, la ofrenda, etc.), y por lo tanto, no es necesario hacer un juramento invocando algo en especial (Rom_11:36).
• Un juramento, un compromiso o una promesa verbal, sea en el nombre de Dios o de cualquier otra cosa, es algo que la persona debe cumplir, si o si, no, no (Mat_5:37).
• De modo que todo juramento, compromiso o promesa que se hace y se incumple es pecado:
○ Tanto si se hizo en el nombre de Dios (Exo_20:7) como si no se hizo en el nombre de Dios (Exo_20:16).
○ Faltar a la propia palabra es pecado delante del Señor y delante del prójimo, si o si.

Por ello la Palabra dice que no hagamos compromisos o promesas a la ligera (Ecl_5:1-2, Ecl_5:5), que nos abstengamos de prometer en cuanto sea posible (Deu_23:22), pero que si prometemos o nos comprometemos a algo, lo cumplamos, si o si.
• Nuestras palabras nos justificarán (Rom_10:8-10) y también nos condenarán (Mat_12:37, Stg_3:1).
• Lentos para comprometernos en cualquier cosa (Ecl_5:5).
• Antes que nada, evaluar el costo (Luc_14:28-30).

Ser fiel a los juramentos y a las promesas desarrolla, por lo menos, dos cosas:
• Nuestro carácter (al carácter de Cristo, Rom_8:28-29, 2Co_3:18).
• La confianza de las demás personas en nosotros.

Los votos, promesas, compromisos o contratos son eventualmente necesarios solo porque vivimos en una sociedad pecaminosa que engendra desconfianza (y desafortunadamente, aún mediando estas cosas, las personas --y aún nosotros mismos-- los incumplen).
• Decir la verdad parece ser tan poco común que creemos que debemos terinar lo que decimos con la afirmación "lo juro".
• Nuestra palabra debería bastar (Stg_5:12).
Si decimos siempre la verdad no sentiremos ni tendremos la necesidad de respaldar nuestras palabras con una promesa o un juramento.

28 Nov 2022
Referencia: Palabras.