Estudio Bíblico

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Conocernos y crecimiento



Introducción.
Dios, nuestro Padre, es un Dios de transformaciones.
El quiere transformar todo a nuestro alrededor (Rom_8:19-21).
Pero la transformación va a iniciar en nosotros (no solo la salvación: forma de pensar, sentir, decidir, accionar, actitudes, motivaciones).
Una de las cosas que necesitamos que sea transformada es la referente a nuestro conocimiento de nosotros mismos y de nuestro propósito en Dios.

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Definición.
El crecimiento intencional implica el conocimiento de nosotros mismos y de nuestro propósito en Cristo. (2Co_13:5).
El conocimiento de nosotros mismos no deviene de nuestros propios criterios y/o pensamientos, ni de lo que los demás digan de nosotros mismos.
Deviene de considerarnos a la luz de lo que nos enseña la Palabra de Dios (Sal_119:59, 1Co_11:31-32).
• De lo que Dios nos enseña en Su Palabra acerca del modelo de persona que necesitamos ser (como Cristo) y de lo que el Espíritu Santo nos enseña (Heb_4:12).
• Reconocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades.
• Trabajar en fortalecer las primeras y superar las segundas con la ayuda de la Palabra y del Espíritu Santo (2Ti_3:16-17).


La diferencia entre reconocerse a sí mismo y no reconocerse.
David (se examinaba a sí mismo, se conocía a sí mismo), mientras Saúl no.
• Sal_119:59, Sal_19:12, Sal_139:23
Del conocimiento de sí mismo surgían dos cosas:
• El reconocimiento de su pecado, arrepentimiento y confesión (Sal_14:3, Sal 53:3).
• El reconocimiento de su necesidad de Dios (Sal_42:1-2).


Beneficios de conocernos.
Para el crecimiento en Cristo es indispensable el conocernos a nosotros mismos y el propósito que Él tiene para nosotros (Efe_2:10)(Jer_29:11).
La persona que se conoce a sí misma, va a poder superar más exitosamente sus debilidades.
La persona que se conoce a sí misma, al conocer sus fortalezas, va a reconocer más fácilmente su propósito en Dios (Sal_139:13-16).
Una vez que identifique su propósito en Dios con la ayuda del Espíritu Santo, entonces podrá enfocar su esfuerzo en desarrollar las destrezas y habilidades que le ayudarán a alcanzar su potencial para alcanzar su propósito (Jua_16:13-14), lo que implica también superar las debilidades que pueden impedir alcanzar ese propósito.


En cuanto a encontrar el propósito que le de dirección a la vida, existen tres tipos de personas:
Las personas que no tienen ni idea del propósito de Dios para sus vidas, y por lo mismo, no saben qué hacer (Pro_29:18).
• Estas personas están confundidas,
• Les falta un fuerte sentido de propósito,
• Luchan por encontrar un sentido de dirección en su vida fuera del Señor sin hallarlo.
• No logran alcanzar su potencial porque no tienen idea de hacia dónde están apuntando.
Las personas que saben el propósito de Dios para sus vidas, pero no lo siguen.
• Estas personas van a terminar frustradas (el que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es contado como pecado, y la paga del pecado es muerte, Sant 4:17, Rom 6:23).
• Cada día experimentarán la brecha entre el lugar donde se encuentran y dónde tendrían que estar y no están.
• Con frecuencia, la negligencia, la pereza, la rebelión, el temor de fallar o el temor a lo desconocido los estanca.
• Independientemente de la razón, ellos no alcanzan su potencial.
Las personas que saben el propósito de Dios para sus vidas y lo siguen.
• Estas personas experimentan gozo, paz y bienestar porque la voluntad de Dios, Su propósito para nosotros, es bueno, agradable y perfecto (Rom 12:2).
• Se conocen a sí mismos,
• Tienen un fuerte sentido de pasión
• Están enfocadas en su propósito.
• Intencionalmente crecen en áreas que les ayudan a acercarse a sus metas.

Muchas personas desean vivir una vida llena de propósito y significado, pero no todas están dispuestas a trabajar para lograrlo.


Las personas que conocen su propósito en Dios experimentarán los siguientes beneficios:
• Más pasión, mas energía, para enfrentar los retos de la vida
• Una mayor influencia positiva sobre otros, ayudándolos también a encontrar su propósito en Dios.
• Las personas se sentirán cómodos en la relación con ellas.
• Atraerán personas con una mente similar ya que la pasión es contagiosa
• Desarrollarán un mayor sentido de responsabilidad con respecto a su vida
• Conforme asumen la responsabilidad de su vida y decisiones, experimentarán una mayor plenitud y gozo y descubrirán que todo lo que hacen es más agradable y significativo


Las personas que concen su propósito en Dios se caracterizan por lo siguiente:
• Conocen sus fortalezas y debilidades, las primeras las fortalecen y las segundas se constituirán en un reto para superarlas cada día (1 Tim 4:16).
• Comprometidos con Dios y con lo que hacen cada día (Col 3:23-24), realizando su mejor esfuerzo y disfrutando lo que hacen.
• Desarrollan el hábito de evaluar sus destrezas y desempeño, así como monitorear su progreso personal (Sal_119:59, 2Co_13:5).
• Agregan valor a otros en base al conocimiento de sí mismos, de lo que Dios es y hace en sus vidas, y de sus propias fortalezas y debilidades (2Ti_2:2).


Pasos a seguir para desarrollar el conocimiento de nosotros mismos y de nuestro propósito en Dios.
• Conozcámonos a nosotros mismos dedicando tiempo para hacer y actualizar un inventario de nuestras fortalezas, debilidades, intereses, oportunidades y crecimiento (Sal 119:59).
• Identifiquemos nuestra pasión, es un fuerte indicador del propósito de Dios para nosotros.
• Una forma de identificar nuestra pasión es determinar lo que nos gustaría pasar haciendo el resto de nuestras vidas, si no tuviéramos que depender económicamente de ello (Fil 3:8).
• Identifiquemos el siguiente paso de crecimiento que necesitamos dar para mejorar nuestras habilidades y capacidades para caminar en el propósito de Dios para nuestras vidas (Mat 6:34).
• Busquemos un consejero sabio que nos guíe y aconseje para ayudarnos en nuestro recorrido, que esté dispuesta a compartir sus experiencias con nosotros y a quién escuchemos detenidamente y podamos hacer las preguntas que nos surjan para aclarar todo en cuanto al conocimiento de nosotros mismos y del propósito de Dios por nosotros, sin dejar de considerar, por supuesto, la comunión y dirección del Espíritu Santo en esas mismas direcciones. (Prov 15:22, Prov 11:14).
• Compartamos con ese consejero sabio nuestras metas y el crecimiento hacia el alcance de ellas.
• Compartirlas requiere valor y nos responsabiliza no solo ante Dios sino también ante otros a trabajar en pos de ellas (Prov 24:6).
• Busquemos oportunidades de servir y agregar valor a otros en sus áreas de interés (Mt 10:8, 2 Tim 2:2).

26 Ago 2022
Referencia: Conocernos.