Estudio Bíblico

Sant 5:13-18.
La oración eficaz del justo.
Esta es una enseñanza complementaria a la que ya había dado anteriormente sobe la oración (Sant 1:5-8) enfocándose en la oración de unos por otros. Los puntos relevantes en esta enseñanza son:
Orar sin cesar (1Ts_5:17) sin importar las circunstancias.
Cuando las circunstancias de nuestra vida son más difíciles, más necesitamos redoblar la oración (aflicción, enfermedad).
Cuando estamos en esas dificultades necesitamos el apoyo en oración de otros hermanos (Ecl_4:9-12, 1Sa_18:7).
La oración individual es poderosa (la oración eficaz del justo, Stg_5:17-18)
Pero la oración corporativa es poderosísima.
Mat_18:18-20. "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos."
La oración de confesión.
Hay situaciones en la vida que una vez que oramos (o varias) no se resuelven, porque el problema no es la situación en sí sino la raíz que lo produce.
Sant 5:15: la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.
Sant 5:16. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y ordad unos por otros para que séáis sanados.
El perdón de nuestros pecados no viene de ningún hombre ni de ninguna penitencia.
Deriva de la gracia de Dios que no rechaza al que viene a Él con un corazón contrito y humillado (Sal_51:17).
Sal_32:1-6. Mientras David cayó su pecado, la mano del Señor se agravó sobre Él.
Para obtener respuestas en estas situaciones, la persona afectada necesita llamar a un hermano maduro en la fe, sabio (anciano de la iglesia, no legalista, lleno de misericordia y gracia, con espíritu de mansedumbre, Gal_6:1-2) para confesar su pecado (en la confesión hay un efecto liberador).
Si la situación es que hemos cometido una ofensa contra otro hermano, entonces necesitamos acudir con ese hermano para reconciliarnos con él
Mat_5:21-26. "Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante."
Sant 5:17-18. La oración no es respondida por nuestros méritos ni por nuestra fe. La oración es respondida por Dios, por gracia.
Porque es conforme a Su Voluntad.
Porque es una situación real que requiere la intervención directa del Señor.
Porque Él nos ama, no porque tengamos fe o porque tengamos "méritos" para que Él la responda.
La fe no produce ni causa la respuesta, la fe la recibe.
La respuesta la produce Dios (Jua_3:27, Stg_1:17).
Quitar la condenación de que la falta de respuesta a la oración es por la falta de fe.
Dios siempre responde nuestras oraciones.
Si.
Si pero todavía no.
No porque tiene algo mejor.

Sant 5:19-20.
En general es un llamado al evangelismo y al discipulado con espíritu de mansedumbre que implica el arrepentimiento y la confesión de pecados delante de Dios.
Gal 6:1-2. "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña."
Mat 28:18-20.
Mar 16:15-18.

Pero también es, específicamente, un llamado a los que habiendo sido creyentes en algún tiempo, han apostatado de la fe, personas que están en un grave peligro (un alma en peligro de muerte eterna).
Apostasía: la negación, la renuncia o la abjuración (renunciar, retractarse, abandonar, rechazar, renegar, desdecirse, traicionar) de la fe; rechazo del cristianismo por parte de una persona anteriormente cristiana; seguir herejías y falsas enseñanzas difundidas por falsos ministros que los seducen para sacarlos de la devoción a Cristo.
Los que se han desviado de la fe, de la sana doctrina.
Los que se han apartado de la fe que antes profesaron.
Los que han seguido el camino del error.
Heb 6:4-8.
Heb 10:26-31.