Estudio Bíblico

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La Epístola de Santiago (13). Sant 5:9-12. Quejas, paciencia y juramentos



Sant 5:9.
Las quejas.
Los tiempos cercanos a la venida de Cristo no son tiempos para quejas los unos de los otros, a pesar de las circunstancias difíciles que nos pueden venir en contra.
Las quejas de unos a otros nos debilitan en lo persona y en lo corporativo, en un tiempo en lo que necesitamos es todo lo contrario.
Son más bien tiempos de ayudarnos y fortalecernos mutuamente a superar todas las dificultades que encontremos en el camino y estar listos para la venida de Cristo.
Las quejas son la expresión de un corazón dudoso, de un corazón que puede estar entrando en incredulidad, por cuanto, en última instancia, es poner en duda la Palabra del Señor y su capacidad de sacarnos victoriosos frente a cualquier situación.


Sant 5:10-11.
Paciencia y perseverancia.
Para evitar las quejas y fortalecernos en medio de la persecución o cualquier tipo de situación contraria que nos pudiera sobrevenir en nuestra vida cristiana (que las habrá, sin duda, Jn 16:33) aparte de refugiarnos:
En el amor del Padre que echa fuera todo temor (1 Jn 4:18).
De la armadura de Dios que nos fortalece en el Señor y en el poder de Su fuerza (Efe 6:10-18).
Y de todas las demás armas espirituales con que contamos.
Fortalecernos en la paciencia y la perseverancia:
Tenemos también el ejemplo de todos los que han sufrido por la Palabra de Dios (los profetas del Antiguo Testamento, Job y el Señor Jesucristo --en aquel tiempo-- y ahora de todos los mártires que han sufrido por el Evangelio, recordándonos la promesa del Señor para ello: bienaventurados.
Mat 5:10-12. "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros."

Sant 5:12.
Los juramentos.
Este pasaje es un recordatorio de las enseñanzas de Jesús al respecto.
Nuestro hablar no debe necesitar de juramentos para confirmar lo que estamos diciendo.
El creyente debe tener una sola palabra en todo asunto (no ser de doble ánimo) y cumplir con los compromisos adquiridos (que son promesas) de la misma manera que nuestro Padre lo hace con nosotros.
Mat 5:33-37. "Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede."

17 Mar 2022