Estudio Bíblico

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La Epístola de Santiago (10). 4:5-11. Amigos de Dios



Sant 4:5.
Contraste con los versículos anteriores (1 al 4): o somos amigos de Dios o somos amigos del mundo.
No podemos ser amigos de ambos; no podemos servir a dos amos (Mat 6:24).
Ello sería equivalente a tibieza, y a los tibios Él los vomitará de su boca (rechazará)(Apo 3:16).
Exo 34:14. "Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es."
Dios, por el Espíritu Santo que ha hecho morar en nosotros nos ama, desea, anhela celosamente (exclusivamente para Él).
Está enamorado de nosotros (Cant 2:14): "Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto."
Jer 31:3. "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. "
Ose 11:4. "Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida."
Isa 46:4 (BAD). "
El anhela de nosotros lo mismo (Cant 7:10): "Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento."
1 Jn 4:19. "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero."
Está enamorados de nosotros; lo Perfecto de lo imperfecto; el Todopoderoso de lo débil (1 Cor 1:26-31). ¡¡¡Oh maravillas de Su Gracia!!!
Nuestra respuesta a Él y a Su Amor (Sant 4:7). "Someternos a Él, resistir al diablo, y huira de nosotros".
Someternos: obedecerle (Jn 14:15-21-23: el que lo ama obedece Sus mandamientos).

Sant 4:6, 11
Dios aborrece el pecado, y dentro de ello aborrece el orgullo tremendamente.
El orgulloso se refiere a una persona cuya esencia es esa, y por lo tanto, de acuerdo a 1 Jn 2:15-17, es enemigo de Dios (no al creyente que está en proceso de renovación de su mente, y por lo tanto, en la eliminación del orgullo de su vida).
El orgullo impide recibir la gracia de Dios (recibir inmerecidamente los regalos del Padre).
Por lo tanto no puede concebir recibir la salvación como un don gratuito, sino como algo merecido.
Ello es contrario a la verdadera salvación en Cristo.
Por lo tanto no puede recibir la salvación en Cristo Jesús que es por gracia por medio de la fe (Efe 2:8-9) para que nadie se jacte en Su Presencia.
El orgulloso se llena a sí mismos de "merecimientos", y por lo mismo no puede disfrutar de la gracia de Dios en ningún aspecto.
Por el otro lado, la humildad abre "la llave" de la gracia de Dios.
Ello nos manifiesta que Su Gracia es más grande que el poder del pecado, la carne, el mundo y satanás.
La palabra "humilde" no define a una clase especial de cristianos, sino que abarca a todos los creyentes genuinos.
Como ya mencionamos en cuanto al orgulloso, no puede haber un creyente orgulloso (si es orgulloso no ha recibido la gracia de Dios).
Lo que hay es creyentes que todavía manifiestan algún rasgo de orgullo (carnales) que están en el proceso de renovación de su mente (madurar, perfeccionamiento).
Sin embargo, a ellos también el orgullo les puede impedir alcanzar aspectos de la gracia de Dios en aquellas áreas de su vida donde todavía lo manifiestan.
En consecuencia, es imprescindible que permita la obra del Espíritu Santo y la Palabra para liberar esas áreas (Jn 3:30: "Es NECESARIO que él mengüe y Cristo crezca en él).

Sant 4:7.
Este es un recordatorio de lo que nos había enseñado la epístola en 1:2-4 acerca de las pruebas. Todos los creyentes, en todos los tiempos, circunstancias y culturas estamos sometidos a una batalla espiritual constante, que solo la podemos ganar sometidos a Dios y resistiendo todo ataque del diablo. A eso se refiere la Escritura en otros pasajes y la Epístola solo nos lo está recordando.
Efe 6:10-18. La armadura de Dios.
1 Ped 1:6-9.1 Ped 5:8-10. El diablo como león rugiente.
Someternos: obedecerle: el poder de la obediencia, no solo en cuanto a las bendiciones que conlleva sino también como arma efectiva en contra de todo ataque del diablo y/o sus aliados.

Sant 4:8-10.
Someternos a Dios es acercarnos a Él, y es un recordatorio de lo que nos enseña Heb 11:6, que Dios es galardonador de los que le buscan.
La manera de acercarnos efectivamente a Él es:
Reconociendo nuestros pecados con arrepentimiento del corazón, y pidiéndole perdón y que nos limpie de toda maldad (1 Jn 1:9).
Afirmándonos en Él, teniendo un solo ánimo para con Él sin cambiar en medio de las circunstancias, ser persistentes, constantes, pacientes, Heb 6:12, porque por la fe y la paciencia se heredan las promesas y se reciben las bendiciones y las victorias de parte de Dios.
Afligirnos, lamentar, llorar, tristeza: cuatro características de un verdadero arrepentimiento respecto a nuestros pecados y a no hacer la voluntad de Dios.
Signos de una verdadera humildad que trae la transformación y el perdón de Dios (la exaltación)(por cierto es una reafirmación de lo que nos había enseñado en Sant 4:6 y de Luc 18:10-14).

17 Mar 2022