Estudio Bíblico

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La Epístola de Santiago (4). 1:19-27. Ira y hacedores de la Palabra.



Sant 1:19-20.
Dejando la ira.
Airarse es un enojo sin violencia, pasajero. La ira es un enojo con violencia, permanente.
La ira comienza por lo que oímos (exterior o interiormente).
Por ello nos debemos cuidar de lo que oímos para no darle cabida a esos pensamientos (tardo para hablar).
De tal manera que, en todo caso nos airemos, pero no nos transformemos en personas iracundas (Efe 4:26).
La ira es un pecado en contra de Dios y en contra de otro ser humano, que por malo que sea, aún conserva algo de la imagen de Dios en Él y algo de la dignidad de ser a Su imagen.
La ira no obra la justicia de Dios (Sant 1:20).
La ira promueve contiendas (muchas veces, sin fin), Prov 15:18, Prov 29:22, y el furioso muchas veces peca.
El necio da a conocer su ira inmediatamente, más el que no hace caso de la injuria es prudente (Prov 12:16).
La blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hacie subir el furor (Prov 15:1).
El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males (Prov 19:19).
El necio da rienda suelta a toda su ira, más el sabio al fin la sosiega (Prov 29:11).

Sant 1:21-25.
Oidores y hacedores de la Palabra.
Para recibir la Palabra necesitamos dos cosas:
Despojarnos de toda inmundicia y abundancia de malicia.
Recibirla con mansedumbre (sea que la leamos, la escuchemos, la meditemos, la estudiemos, etc.).
Recibirla con mansedumbre significa aceptar su confrontación y corrección.
Ella puede salvar nuestras almas.
El siguiente paso después de recibir la Palabra es ponerla por obra, aplicarla en todas las areas y circunstancias de nuestra vida que sea procedente, prepararnos para ello (mediante la meditación de como aplica en cada una de ellas).
Si no hacemos la Palabra nos engañamos a nosotros mismos (Sant 1:22-24).
Tarde o temprano la vamos a olvidar.
¿Cómo aprendemos?
10% de lo que leemos.
20% de lo que escuchamos.
30% de lo que vemos.
50% de lo que vemos y oímos (visualización de lo enseñado: parábolas, alegorías, figuras, tipos, símiles, etc.).
70% de lo que discutimos con otros.
80% de lo que hacemos.
95% de lo que enseñamos a otros.
La Palabra de Dios (Sant 1:25).
Perfecta ley.
La ley de la libertad (con responsabilidad).
El que persevera en ella y la hace: bienaventurado en todo lo que hace.

Sant 1:26.
El cristianismo vano:
El que no refrena su lengua (de la abundancia del corazón habla la boca, refleja lo que verdaderamente hay en el corazón, lo que contamina al hombre, Mat 12:34, Luc 6:45, Mat 15:1-20, Prov 23:7).
El que engaña su corazón (dice pero no vive como tal, no hace, no obedece; palabras que no se corresponden con las acciones).

Sant 1:27.
La verdadera religión (Sant 4:6).
Conocer al Padre: agradarlo y hacer el bien (obediencia, someternos a Dios).
Visitar y ayudar a los huérfanos y a las viudas (y a todos los que sea necesario) en sus tribulaciones (obras son amores y no buenas palabras, Sant 2:14-26).
No dejarse vencer por la maldad del mundo (resistir al diablo).
Caminar en santidad porque sin santidad nadie verá al Señor (Heb 12:14).
La santidad y caminar en amor es lo mismo, porque amar es guardar los mandamientos de Dios (Jn 14:15) tanto respecto a Dios, como respecto al prójimo y a nosotros mismos.

17 Mar 2022