Estudio Bíblico

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El Sermón del Monte (5). Venciendo la ira (Mat 5:21-26).



Mat_5:21-22. Introducción.
En griego hay dos palabras para ira:
Thymós. Es la ira que se inflama rápidamente y que se consume con la misma rapidez (ira de las palabras).
Orgué. Es la ira de larga vida, la ira que uno cultiva, y no deja morir (ira del corazón).
La ira es pecado porque siempre surge a partir de un sentimiento de orgullo, soberbia, jactancia, superioridad, etc., (1Pe_5:5, Stg_4:6), es un derivado de la vanagloria de la vida que es enemiga de Dios (1Jn_2:15-17).

Según la enseñanza de Jesús en este pasaje:
La ira en cualquiera de sus dos (o más manifestaciones) es pecado, es una obra de la carne (Gal_5:19-21), aunque socialmente la gente trate de minimizarla, justificarla o excusarla.
Una de las formas a través de las cuales la ira se manifiesta muy frecuentemente es a través de la lengua, de las palabras:

Mat_5:22. La ira y los insultos.
Jesús se está refiriendo a proferir cualquier tipo de insulto o palabras de menosprecio o palabras que en alguna forma denigren a otra persona.
Hay varios tipos de desprecio:
Un desprecio que surge del orgullo de casta.
Otro que surge de la posición, del dinero y de las cosas materiales.
Hay otro que viene del conocimiento (es el más difícil de entender porque se supone que la persona que tiene conocimiento lo que más le impresiona es el sentimiento de su propia ignorancia).

En el primer caso que menciona este versículo, es condenable llamar a una persona "necia". En el idioma original la palabra que se traduce necio es "raca" que describe desprecio con una superioridad arrogante.

En el segundo caso, la palabra que se traduce "fatuo" es la palabra griega "morós" que aunque también quiere decir necio, tonto, va más allá: implica que la persona es un necio moral, que se hace el tonto.
El llamar a alguién así es poner en duda su carácter moral; ensuciar su nombre y reputación, y marcarle como persona de mala vida e inmoral.
La persona que hace eso merece el juicio más severo de todos; el juicio del infierno de fuego.
Con ello Jesús nos enseña que, aparte de que toda forma de ira es rechazable delante de Dios, lo más grave es destruir la reputación de una persona y manchar su buen nombre.

Mat 5:21-22. Cualquier manifestación de la ira, aunque no implique muerte física, es pecado.
Eso implica que es pecado:
El abuso físico.
El abuso psicológico.
El abuso mental.
Y cualquier otra forma de abuso.
Y todo ello, aunque no sea ejecutado, con el solo hecho de ser pensado.


Mat_5:23-24. Pedir perdón.
Aquí hay manifestada una idea muy importante.
El arrepentimiento, la confesión y la petición de perdón delante de Dios arregla la cuestión del pecado de nosotros con Dios,
Pero una cosa diferente es el arreglo de nuestra relación con la persona a quién hemos ofendido y/o perjudicado con nuestro pecado.
El ´verdadero arrepentimiento debe incluír el propósito de recitificar cualquier consecuencia que hubiera tenido el pecado en el prójimo.

No podemos estar en paz con Dios a menos que lo estemos también con nuestros semejantes.
No podemos esperar el perdón de Dios a menos que hayamos confesado nuestro pecado, no solo a Dios, sino también a los hombres, y a menos que hayamos hecho todo lo posible para evitar sus consecuencias prácticas.

Mat 5:25-26. Resolver todos los conflictos a tiempo.
En este pasaje Jesús, conocedor de la naturaleza humana, nos da un consejo de lo más práctico:
Que arreglemos las cosas a tiempo, antes de que se amontonen y causen más problemas en el futuro (Efe_4:26-27):
Si una pelea o desavenencia, o disputa no se resuelve inmediatamente, puede seguir generando peores y peores dificultades con el tiempo.
La amargura engendra amargura (Heb_12:14-15)(Rom_12:18).
Si alguna vez estamos desavenidos con otro, debemos arreglar la situación sin pérdida de tiempo.
Esto implica ser lo suficientemente humilde como para confesar que nos hemos equivocado y disculparnos.
O bien, que aunque tenemos razón, estamos claros que hemos causado un disgusto a la otra persona y es nuestra intención restaurar la relación (la persona es más importante que nuestras ideas) y estamos dando el primer paso para ello.
Que arreglemos las cosas con nuestros semejantes mientras aún tengaos vida, porque algún día, y no sabemos cuando, la vida llegará a su fin, y nos presentaremos delante de Dios, el Juez final de todos.
El pasaje nos dice: "Si quieres la felicidad en el tiempo, y la felicidad en la eternidad, no dejes nunca una diferencia sin arreglar entre tú y tu hermano. Actúa inmediatamente para quitar cualquier barrera que la ira haya levantado."

Venciendo la ira.
La ira, en cualquiera de sus manifestaciones no obra la justicia de Dios.
La ira es como leña que enciende el fuego de las peleas.
La ira es necedad, el necio de inmediato da a conocer su ira.
Proverbios (meditar en todos los versículos que hablan de la ira).

17 Mar 2022