Estudio Bíblico

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El tiempo del Espíritu Santo.



EL TIEMPO DEL ESPÍRITU SANTO.
 
 
Aún cuando el Espíritu Santo siempre, desde la creación de los cielos y la tierra ha estado obrando de alguna manera en el mundo (Gen 1:2), en el tiempo de la Iglesia la operación del Espíritu Santo se ha hecho más evidente (Jn 7:38-39).
v Gen 1:1-2. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”
v Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
v Sal 139:7-10. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
 
Desde el momento en que Jesús fue glorificado se inicia en el plan de Dios para las edades el tiempo que se ha denominado de la Iglesia, de los Gentiles y/o del Espíritu Santo. Ese tiempo, sea cual sea el nombre que le asignemos, significa el tiempo del mover del Espíritu Santo dentro, con y sobre los creyentes.
v Jn 14:16-17. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
v Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
 
En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo, de manera esporádica y/o eventual, pero siempre de acuerdo a los planes de Dios, venía sobre ciertas personas para equiparlas para una tarea específica en acción, tiempo y lugar.
v Ezeq 37:1. “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.”
v Ezeq 11:5. “Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.”
v Jue 6:34. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.”
v 1 Sam 10:6. “Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.”
 
Con el nacimiento de Cristo y su bautismo en agua por Juan el Bautista para iniciar Su ministerio terrenal, el Espíritu Santo por primera vez en la Biblia, viene a morar en una persona.
v Luc 3:21-22. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”
v Luc 4:1. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”
v Hch 10:38. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
 
Posteriormente, cuando Cristo es crucificado, resucitado y restaurado a Su Gloria como el Hijo de Dios, por el reconocimiento del Señorío de Cristo en la salvación, los creyentes son habilitados para recibir al Espíritu Santo para que haga morada en ellos, pero también para que esté con ellos y sobre ellos.
v Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
v Jn 20:22. “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.”
v Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
v Isa 11:2-5. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.”
 
Y de acuerdo a lo que nos enseña la Palabra de Dios con respecto a Dios mismo, y también con respecto al creyente, desde el momento de Pentecostés hasta el momento de los tiempos finales, por lo menos, el Espíritu Santo irá teniendo una presencia progresivamente aumentada en la tierra, principalmente cuando el tiempo sea el cercano a la segunda venida de Cristo, de tal manera que, de todos los tiempos precedentes, este tiempo, que es el tiempo previo a la segunda venida de Cristo, el Espíritu Santo se está comenzando a derramar de una manera no vista antes.
v Hch 2:17-18. “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.”
v Hag 2:5-9. “Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”
v Joel 2:23. “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.”
v Sant 5:7. “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”
v Ose 6:1-3. “Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”
v 1Co 2:9-12. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”
 
Estamos entrando al “mejor” tiempo del mover del Espíritu Santo en la Iglesia, pero para ello implica la necesidad de que seamos cada vez más conscientes de Quién es el Espíritu Santo, para que nos ha sido enviado, y como y para qué se está moviendo en este tiempo.
 
Sin embargo, ello no es automático. Aún cuando el Espíritu Santo se ha mantenido activo entre las personas a lo largo de todo el tiempo transcurrido desde la Creación, y principalmente en los creyentes desde el momento en que Jesús fue resucitado, cuando vino a vivir en nosotros, muchos no están plenamente conscientes ni tienen entendimiento completo de sus actividades dentro de sí mismos y a través de ellos, por lo que no logran experimentar la plenitud de Su obra en nosotros y a través de nosotros, o bien la estorban. Por ello, para vivir estos tiempos que están comenzando de una mayor plenitud de la obra del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros, necesitamos regresar a la Palabra, romper nuestros “paradigmas”, conceptos preconcebidos, prejuicios o bloqueos mentales respecto al Espíritu Santo, para obtener un mayor entendimiento de Él que es la Persona de la Trinidad que ha sido designada para estar con nosotros, en nosotros, sobre nosotros y acompañarnos en nuestro caminar en Cristo en todo tiempo. Y ello nos proveerá de una nueva manera, más vital, más dinámica, más gozosa, más plena, de vivir nuestras vidas como hijos e hijas de Dios en medio de estos días malos.
 
 
 

07 Abr 2016