Estudio Bíblico

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Unidad en medio de la diversidad (carácter familiar).



Unidad en medio de la diversidad (carácter familiar).
 
En lo natural, una familia lo es, entre otras cosas, porque descienden de un tronco común, un mismo padre. No porque piensen iguales, crean y hagan las mismas cosas. La familia es unidad en medio de la diversidad. De la misma manera, la Iglesia, como la familia de Dios, es una familia, en principio, no porque todos sus miembros piensen exactamente igual (en todas las doctrinas estén de acuerdo), sino porque todos sus miembros tienen en común un mismo Padre.
 
Ahora bien, una familia también tiene un mínimo de acuerdos en común, y el Cuerpo de Cristo, la familia de Dios, también debe tener un mínimo de acuerdos en común, que el mismo Padre ha definido: son las doctrinas básicas de (Heb 6:1-2) a las que se agrega el acuerdo no negociable, de que la Palabra de Dios, la Biblia, es la Palabra autoritativa, inspirada e infalible del Padre que provee los principios-guías para todos los asuntos concernientes a la vida a cada uno de sus hijos e hijas, que deben ser aplicados de acuerdo a las características específicas de vida de cada uno. Puede haber variedad de formas para aplicar los principios, pero los principios no son negociables. De ello deriva la variedad de la iglesia, y del acuerdo sobre que Dios es nuestro Padre, el Señor Jesucristo es el Señor y Salvador nuestro, de que la Palabra es la infalible Palabra de Dios que nos guía y las doctrinas básicas que mencionamos, deriva la unidad, una unidad en la diversidad, no una unidad que implique uniformidad.
 
Entonces, puntos que actualmente nos dividen, no deberían hacerlo, como por ejemplo, la vigencia o no de los dones del Espíritu Santo (división entre pentecostales y tradicionales), o la vigencia o no de los oficios ministeriales (división entre pentecostales y neopentecostales), el uso o no de pantalones por las mujeres, el ministerio o no de las mujeres. En cada uno de esos asuntos, que no están contemplados dentro de las doctrinas básicas, deberíamos respetar la dirección y revelación que cada uno reciba del Señor, y no permitir que ello nos afecte en la unidad del trabajo que necesitamos llevar adelante y desarrollar para completar la obra a la cual nuestro Padre y el Señor Jesucristo nos mandaron a trabajar para llevar gloria a Su Nombre. En otras palabras, la Iglesia fue diseñada por Dios para que en lo básico desarrolláramos la unidad y en lo secundario, aceptación.
 
La unidad en la diversidad (Efe 4:14-16, 1 Cor 12:12-27) implica la unidad en la fe (doctrina básica y fundamental), el respecto a las interpretaciones doctrinales no esenciales, la apreciación y respeto a esa diversidad sin por ello tolerar la herejía doctrinal, el trabajo unido y coordinado con el resto del Cuerpo en la construcción del Reino de Dios a nivel local, y la profundización del amor, característica esencial, básica del cristiano (Mat 22:36-40, Jn 13:35).
 
 
 

01 Abr 2016