Estudio Bíblico

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El poder de la iglesia: el liderazgo auténtico.



EL PODER DE LA IGLESIA: EL LIDERAZGO AUTENTICO.
(El poder para cambiar el mundo).



LA IGLESIA: UNA MISIÓN EN DOS PARTES.
Propósito salvador (Mar 16.15-18, Jn 3.16, 1 Tim 2:4).
Propósito redentor (transformador) (Mat 28.18-20. Col 1.15-16, Efe 1:9-10): sal, luz, levadura (Mat 5:13-16, Mat 13.33).


PROV 29.18: SIN VISIÓN EL PUEBLO SE DESENFRENA, PERECE.
La visión siempre es para bendecir a los otros, no al que la recibe.
La visión implica, en primer lugar, como prioridad, a las personas.
Por ello, la recepción de una auténtica visión de Dios solo la puede hacer un liderazgo auténtico (Hab 2.2-4).
Dios le da la visión a un líder auténtico para que las personas lo sigan en el alcance de esa visión.
La necesidad de hoy: un liderazgo auténtico con visión.


LIDERAZGO AUTÉNTICO: LIDERAZGO DE SERVICIO (MAR 10:42-45).
Dos tipos de liderazgo:
Uno. El liderazgo de la carne (del mundo)(del diablo): enseñorearse y tener poder sobre otros, buscar sus propios fines, agenda, beneficios, etc.
El liderazgo del Espíritu (de Dios): servir.


LA ÚNICA QUE PUEDE PRODUCIR LIDERAZGO AUTÉNTICO EN EL MUNDO: LA IGLESIA.
Por designación divina, en la iglesia reside el poder para transformar el corazón humano (2 Cor 5:17, Rom 12:2).
• Poder para transformar el corazón del liderazgo humano (Mar 10.42-45, Pablo).
• El mundo y su liderazgo tienen necesidad de ese poder transformador.
En el universo solo existe un poder que puede transformar el corazón humano: el poder del amor de Jesucristo.
El liderazgo auténtico ha sido expuesto a ese poder: la tranformación del corazón humano mediante el amor y el servicio.
El mensaje trascendental de ese amor transformador ha sido dado a la iglesia.
Por ello, el futuro del mundo descansa en las manos de las iglesias locales.


LA IGLESIA, LOS CREYENTES: SALIR A TRANSFORMAR EL MUNDO.
Hoy, muchas iglesias están exclusivamente centradas en la predicación.
Atraen grandes multitudes pero su impacto en la comunidad es insignificante.
Son adictos a los sermones pero pasivos para influir en su mundo (Est 8:6).
La predicación eficaz es importante: la Iglesia se marchitaría sin ella,
Pero por sí sola no aseguran la vitalidad del ministerio (Mat 25:31-49, Rom 8.19-21).
La vitalidad del ministerio está en la obediencia a los propósitos de Dios.
El propósito de Dios es la transformación del mundo.
Por ello, la iglesia local es la esperanza del mundo.
El futuro descansa primordialmente en las manos de sus líderes:
• Capacitar a toda la congregación para llevar fruto de transformación.
• Ofrecer al mundo una visión y la inspiración para transformarse.
• Ayudar a otros a encontrar su lugar de servicio en la iglesia y en el mundo.
• Brindar oportunidades para usar sus dones  hacia la transformación.


LA IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO.
La Iglesia (como cualquier otra organización) florecerá o fracasará en buena medida por la forma como dirijamos.
Por ello ocupa una trascendental importancia, tanto para la iglesia como para el mundo, que su liderazgo sea un liderazgo auténtico:
• Rendido por entero a Dios: sus agendas, sus prioridades.
• Proyectando y viviendo visiones poderosas, bíblicas, que honren a Dios.
• Construyendo equipos eficaces, amorosos y enfocados.
• Inspirando a otros, mediante el ejemplo, a dar absolutamente lo mejor de sí para Dios.



23 Jun 2008
Referencia: Ministerio.