Estudio Bíblico

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Los nombres de Jesús.



Jn 10:7-18. "Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre."
 
Este pasaje, en primer lugar, es una clara referencia al Sal 23:1-6: "Jehová es mi Pastor" y una manifestación más de la íntima relación existente entre el Padre y el Hijo. Y la vida de Jesús en lo terrenal, así como su vida en el cielo, manifiestan claramente esa función en plenitud.

Pero igualmente, este pasaje no solo hace referencia al Salmo sino que lo complementa, ampliando la revelación y la dimensión de lo que significa que Jehová sea nuestro Pastor. en dos puntos. El primero son las condiciones para ser verdaderamente una oveja del Señor y el segundo es que el Pastor da su vida por las ovejas. Con esa complementación, entonces recordemos lo que dice el Sal 23.



Jehová es mi pastor.

En primer lugar el Pastor compra la oveja con Su propia vida. Da su vida por Sus ovejas. Las ovejas no las obtiene regaladas. Paga un alto precio por ellas.
• Ello debería llevarnos a valorar en gran medida el ser ovejas del Pastor. Llegamos a ser ovejas del Señor por un privilegio que Él nos concede, como un regalo que Él os da por Su gracia, no por un derecho. Aunque ser Su oveja implica beneficios, los beneficios son por gracia no por derecho.

Para que Él sea nuestro Pastor necesitamos no solo ser ovejas, sino ser ovejas atentas y obedientes a Su voz.
• Las ovejas no solo tienen una información y un saber del Pastor, lo conocen íntimamente, profundamente, no solo conocen Su Voz sino que confían absolutamente en Él y le siguen no importa el tipo de terreno y/o situación que tengan que pasar (incluye los valles de sombra de muerte).
• Las ovejas tienen con Él una relación constante (le conocen como el Padre conoce al Hijo y el Hijo al Padre). Ello implica no un conocimiento superficial, sino un conocimiento creciente, diariamente, una relación que se concreta en acciones diariamente --no solo en teoría--.
• Para ser verdaderamente una oveja del Señor necesitamos desarrollar una intimidad con Él para oír Su voz, para reconocer Su voz dentro de la gama de voces que escuchamos interna y externamente a cada momento: la nuestra, la de los demonios, la de otras personas.
• Ello implica que no se trata de ser una oveja pasiva, simplemente por el hecho de que ya somos salvos y con ello basta.



Nada me faltará.

Con esta descripción y todas las subsiguientes que están incluidas en este Salmo se desarrolla el concepto de la vida abundante de la que habla Jn 10:10. Cuando somos plenamente ovejas de Él, que le reconocemos, que le escuchamos, que le seguimos y que le obedecemos, entonces tenemos como garantía que nada nos faltará, que Él suplirá todo lo que nos falta conforme a Sus riquezas en gloria (Fil 4:19) y aún más de ello porque Él siempre nos da mucho más abundantemente de lo que pedimos, necesitamos y entendemos (Efe 3:20). Pero si no le escuchamos, o no le seguimos, o no le obedecemos, es posible que seamos extraviados a otros caminos que nos roben esa provisión. Necesitamos seguir el Camino, ser discipulados y crecer cotidianamente en el discipulado para disfrutar de la plenitud de la provisión y la vida que el Pastor provee a sus ovejas.

Aún cuando al día de hoy no podría decir que le conozco plenamente (de hecho nunca va a ser así por lo menos en esta vida terrenal porque nuestra mente finita no puede captar la infinitud de Dios), mi nivel de conocimiento y revelación acerca de Él, por Su gracia y solo por Su gracia, ha crecido enormemente en la medida que el tiempo ha ido pasando, y puedo dar testimonio que sin lugar a dudas, Él es fiel, cumple Sus promesas y mucho más abundantemente de lo que nosotros necesitamos, pedimos y/o entendemos. Sin concentrarme en las necesidades ni en los gustos que haya podido experimentar, sino tratando de concentrarme en Él, en conocerle, en caminar con Él (con muchas deficiencias aún), en obedecerle, en relacionarme con Él más plenamente, Él ha derramado bendiciones sobreabundantes y de maneras milagrosas y sobrenaturales sobre mi vida y la vida de mi familia, y nada me ha faltado de ningún bien necesario para suplir mis necesidades y las de los míos, y ha sido tanto, desde sencillas hasta muy grandes, que necesitaría otro libro para dar testimonio de todas ellas. ¡¡¡A Él sea la gloria por siempre!!!



En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará.

Nos recuerda el pasaje de Mat 11:28-30 referente al descanso, reafirmando lo que hemos dicho en los dos párrafos anteriores:
• "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."

El descanso nos viene como resultado de que como ovejas, venimos al Pastor a confiar en Él completamente, a dejar que Él nos guíe y nos dirija por donde Él sabe, de acuerdo a Su Voluntad y no a la nuestra. Venir a Él significa reconocer y vivir Su Señorío, en obediencia, en mansedumbre, sin rebelión o resistencia, y con humildad, sin orgullo ni arrogancia de pretender que nosotros sabemos mejor lo que nos conviene que el Señor que dio Su vida por nosotros.

Muchos de nosotros decimos que Jesús es el Señor de nuestras vidas, pero cuando se trata de hacer las cosas como Él manda, nos resistimos (Luc 6:46-49): "¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa."
• Solo si somos ovejas obedientes y hacedoras de la Palabra del Señor, si seguimos sus instrucciones con mansedumbre y humildad reconociendo que Él es bueno, sabio, que hace lo mejor para nosotros, entonces tendremos descanso.
• Y Jesús no solo nos lo enseñó, Él mismo lo vivió cuando en Getsemaní, en la noche que fue apresado, oraba al Padre: "Señor, no se haga mi voluntad sino la tuya" (Luc 22:42, parafraseado), siendo consistente con lo que anteriormente había dicho sobre que "su comida era hacer la voluntad del Padre, no la suya" (Jn 4:34 parafraseado, vease también Jn 5:30, 6:38).
• Igual nosotros, para hallar el descanso que buscamos y que el Pastor da a las ovejas, necesitamos hacer Su Voluntad, poner por delante de nuestra voluntad y de la de los demás, prioritariamente, Su Voluntad, de lo contrario, aunque podríamos ser salvos, nuestra vida va a convertirse en una ruina grande.

La Palabra es clara, y necesitamos entenderla: solo en la obediencia hay bendición y reposo, y la obediencia es fácil y ligera cuando deriva de un conocimiento íntimo, profundo, del Señor, Quién es bueno y para siempre es Su misericordia (1 Cro 16:34); que tiene planes de bien para nosotros para darnos un futuro y una esperanza (Jer 29:11); que lleva nuestra vida como la luz de la aurora, en aumento hasta que el día es perfecto (Prov 4:18); y de Quién viene toda buena dádiva y todo don perfecto (Sant 1:17), aunque muchas veces no venga en el "envoltorio" o mediante las circunstancias que nos agradarían.



Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de Su Nombre.

Un resultado adicional de conocer al Señor más íntimamente, es que también nos vamos conociendo nosotros mismos más profundamente: Su Gloria alumbra los más oscuros y ocultos rincones de nuestro corazón. Debido a ello vamos percibiendo, paso a paso y siempre tomados de Su mano y cubiertos con Su Amor, la verdadera condición de nuestro corazón, que aunque nos cueste admitirlo, es engañoso y perverso más que todas las cosas, Jer 17.9. Como resultado de ese reconocimiento de lo que hay en nuestro corazón, y obviamente de nuestro arrepentimiento y confesión delante del Señor, experimentamos Su perdón y una mayor dimensión del Amor con que Él nos ama.

Y como al que mucho se le perdona mucho ama (Luc 7:47), y nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero (1 Jn 4:19), entonces nuestro amor por Él se incrementa, y con ello se incrementa nuestro deseo de obedecerle (el que me ama guarda mis mandamientos, Jn 14:15), ayudándonos el Espíritu Santo en ello (Jn 14:16-17, que no solo conforta nuestra alma con el perdón de Dios, sino que además nos conduce y nos guía por sendas de justicia por amor de Su Nombre (del Nombre de Jesús, el Buen Pastor).

Y además, como resultado de la obediencia, las bendiciones nos siguen (Deut 28:1-14) y nos alcanzan, causando con ello más agradecimiento, paz en nuestro corazón, amor por Dios, etc., con lo cual este pasaje tiene su cumplimiento.

Para quienes a lo largo de nuestra vida como cristianos hemos experimentado altibajos, luces y sombras, tiempos de andar en el espíritu y tiempos de andar en nuestro yo, en la carne, es totalmente seguros que podemos apreciar plenamente lo que son estos "lugares y tiempos" de confort de nuestra alma derivadas de andar en las sendas de justicia por amor de Su Nombre. Esos lugares y momentos son indescriptibles, maravillosos, supremamente gloriosos, como andar entre nubes teniendo los pies en la tierra: tiempos de descanso, de refrigerio, de bienestar espiritual, emocional y físico, que solo cambian porque nos dejamos engañar por el enemigo de nuestras almas, por el mundo y por la carne y volvemos a correr, imperceptiblemente a veces, detrás de los afanes de este siglo y la vanagloria de la vida. Pero la buena noticia es que en la medida que nos concentramos y esforzamos en conocerle a Él, en buscar la intimidad con Él, en ser sensibles cada día más a Su voz, en andar con Él obedeciéndole, esos momentos se van tornando cada vez más largos, más intensos, menos "imperdibles" en nuestra vida, y los altibajos, luces y sombras, y los claroscuros en nuestra vida van siendo sustituidos por una abundancia de amor, paz y gozo para principiar, y la perspectiva de la vida cambia y la vida y el mundo comienzan a ser más de colores que grises, tal como fue diseñada por nuestro Padre amoroso.

Si eres un hijo de Dios y estás en tiempos grises, o los grises de tu vida son ahora aparentemente mayores que los colores, ¡¡¡animo!!! solo decídete a buscar más al y del Señor, a intimar con Él en tus propias formas, tiempos y lugares, y seguro que Él se manifestará a ti, porque no está lejano, sino cercano, y porque en mucho mayor grado que tú, Él te anhela y desea no tener un encuentro contigo ni llegar de visita a tu vida, sino vivir en un permanente encuentro contigo (Sant 4:5, Cant 2:14). El vivir en ese permanente encuentro con Él no es para personas especiales, para super, hiper o mega espirituales. Es para todos Sus hijos e hijas que estén dispuestos a buscar la comunión e intimidad con Él, no requiere ni lugares especiales, ni tiempos especiales --aunque con cierta regularidad también son necesarios y es bueno tenerlos-- ni requiere fórmulas. Lo único que requiere es un corazón dispuesto y anhelante.
• Sal 42:1. "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía."
• Jer 33:3. "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces."



Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

El hecho que caminemos guiados por el Señor no implica que no vayamos a tener problemas o pasar por alguna situación difícil en la vida. De hecho Jesús mismo, siendo perfecto, tomando decisiones perfectas, tuvo que enfrentar problemas y situaciones difíciles con el objeto de cumplir con el propósito que Dios había determinado para Su vida.
• Heb 5:8. "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;"
• Luc 22:42. "diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya."
• Heb 4:15. "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado."

Todas esas situaciones están bajo el control del Señor y Él las permite con la intención de que ellas obren para bien nuestro (Rom 8:28-29), ya sea apartándonos de otras peores o sacando a luz algunas cosas de nuestro carácter que necesitan ser expuestas y transformadas para Su Gloria y el cumplimiento de Sus planes de bien para nosotros (Jer 29:11).

Muchas veces no vamos a saber, por lo menos en el momento, el porqué de alguna situación difícil o negativa por la que estemos pasando, pero lo que si podemos estar seguros es que el Señor, en medio de ella, no nos deja solos, no nos abandona, Él está con nosotros sosteniéndonos, fortaleciéndonos, para llevarnos a puerto seguro y darnos la victoria.
• 1 Ped 5:8-11. "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.  A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
• 1 Ped 1:6-9. "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas."

De una cosa siempre podemos estar seguros en medio de cualquier circunstancia adversa: el Señor hasta el día de hoy no ha perdido ninguna batalla, y Él por el Espíritu Santo que mora en nosotros, nos ha adoptado como Sus hijos, y Él no va a dejar a ninguno de sus hijos avergonzados ni vencidos, además de que no hay ni habrá ningún enemigo que a la larga nos pueda vencer, porque mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo (1 Jn 4:4). Para Él no hay situación, ni circunstancia, ni problema demasiado grande que no pueda vencer. Es solo cuestión de tiempo y de oír Su voz y obedecerle para que veamos la victoria. Él nos dará las instrucciones para librar la batalla con Él y Él nos guiará hacia la victoria sin ningún lugar a dudas.
• Sal 55:22. "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo."
• Sal 34:19. "Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová."

En mi vida he tenido que enfrentar innumerables problemas y circunstancias difíciles de todo tipo, muchas de las cuales no entendía, y aún hoy, no entiendo porque o para que sucedieron. Pero lo único si se, que de todas, absolutamente todas, sin faltar ninguna, el Señor me libró, me levantó, me fortaleció, de tal manera que puedo decir para Su Gloria y juntamente con Samuel:
• 1 Sam 7:2. "Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová."
 


Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores.

En los tiempos bíblicos era costumbre que cuando un ejército triunfaba en la batalla se preparaba un banquete para celebrar la victoria, y dentro de ese banquete, había una parte especial en la cual celebraban los generales y oficiales de ese ejército, y a un lado colocaban a los oficiales del ejército vencido, que estaban allí no para celebrar, sino para evidenciar sin lugar a dudas que habían sido derrotados.

Esto significa que Él, cuando nos acompaña a través de los valles de sombra de muerte, ya tiene, al final de esos valles, preparado para nosotros un banquete de victoria en presencia de los demonios que son nuestros enemigos. Por ello, mientras estemos todavía en esos valles necesitamos recordar sin lugar a dudas varias cosas:
• Que ese valle de sombra de muerte, por difícil que sea, tiene fecha de caducidad establecida en el calendario celestial.
• Que el Señor mismo está con nosotros todo el tiempo, ayudándonos, guiándonos, venciendo en el momento adecuado a cada uno de nuestros enemigos.
• Que Él ya tiene preparado para nosotros, al final de ese valle, un banquete de victoria donde estarán nuestros angustiadores de ahora, derrotados, vencidos, despojados, humillados.
• Que por esa razón, como el Señor no va a ser burlado ni a quedar burlado por ninguna circunstancia, nuestra victoria es segura, ya está establecida. No tiene vuelta de ojo.
○ Rom 8:37-39. "Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro."

Este es el primer resultado de tomarnos solamente de la mano de Él en medio de todas las circunstancias difíciles de la vida, seguirle y permitirle a Su Espíritu Santo que use esas circunstancias para formar el carácter de Cristo en nosotros.
• Rom 8:28-29. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos."

Cuando estemos en medio de las circunstancias difíciles no necesitamos recurrir a nuestras propias fuerzas o a los recursos que tenemos disponibles para tratar de salir de esas situaciones. Más bien debemos buscar y seguir la dirección de nuestro Buen Pastor para salir de ellas. Muchas veces, quizá la gran mayoría de veces, Él las permite porque quiere usarlas para trabajar algo en nosotros que a la larga es un mayor bien que el efecto temporal de que estemos en el problema. Cuando estemos tentados a recurrir a nuestros propios recursos, la manipulación, o a nuestros "conectes" en esas situaciones, recordemos dos cosas fundamentales:
• 1 Cor 10:13. "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar."
• Jer 17:5-9: "Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.  Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 



Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

Como resultado de la dependencia del Señor en medio de las circunstancias difíciles y de la subsiguiente victoria que ello conlleva, no solo se produce una mayor confianza hacia Él sino también un mayor acercamiento hacia Su Persona y un mayor conocimiento de Él, sino que como producto adicional también vamos a experimentar una mayor llenura del Espíritu Santo, un mayor nivel de llenura de Él (Efe 5:18), y por ende, nuestra copa, nuestro corazón estará más lleno de Él y del fruto que Él produce: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio (Gal 5:22-23). Una parte de la carne habrá sido derrotada en nuestro corazón y el Espíritu Santo habrá ganado ese espacio que dejó la carne (la renovación del entendimiento, el despojarnos del hombre viejo y vestirnos del hombre nuevo, Rom 12:2, Efe 4:22-24).



Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.

En el proceso de todo lo que vivimos de una manera creciente, día a día dependientes de la mano de Dios, vamos aprendiendo y viviendo cada vez más la obediencia, y como consecuencia de ello, cada día vamos a experimentar un mayor nivel y abundancia de bendiciones que nos alcanzan, de tal manera que será una realidad también creciente que el bien y la misericordia del Seños nos seguirán todos los días de nuestra vida, tal como nos lo enseña Deut 28.1-14:
• "Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.  Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles."


Conclusión.
Del entendimiento de este pasaje nos deben surgir algunas preguntas:
• ¿Estoy enfocado en conocer a mi Pastor o solo en recibir los beneficios que implica que Él sea mi Pastor?
• ¿Estoy realmente familiarizado con la voz de mi Pastor, puedo reconocerla fácilmente entre todas las voces que escucho?
• ¿Estoy, además de enfocado en conocerle y distinguir Su Voz, en obedecerle?
• ¿Estoy realmente agradecido con Él, en el fondo de mi corazón, que Él haya dado su vida por mí, y debido a ello, por amor --no por interés en los beneficios--, yo le he entregado mi vida completamente y sin reservas a Él, con plena confianza y fe?
• ¿Vivo para hacer Su Voluntad o pretendo que Él cumpla la mía?
• ¿Si Él no hiciera mi voluntad sino la Suya, y en el proceso todo fuera al revés de cómo me gustaría que fueran las cosas, le seguiría igualmente?
• ¿Realmente estoy dispuesto a seguirle con la misma confianza a través de los valles de sombra de muerte que en los lugares de delicados pastos y junto a aguas de reposo?
• ¿Si mi situación fuera en alguna medida parecida a la que tuvo que vivir Job, igual le seguiría amando, confiando, creyendo y aferrado a Él?

01 Nov 2014