Estudio Bíblico

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Predicación. La preparación de un bosquejo.



Lo que un buen bosquejo hace para nosotros.
Un bosquejo proporciona los medios más efectivos para la organización apropiada de una buena exposición de la Palabra.
Es el mejor y más simple método para organizar y presentar lo principal de todo nuestro material derivado del estudio de la Palabra.
Nos ayuda a examinar cuidadosamente el tema y el material de estudio que hayamos reunido.
Nos revela cualquier área débil en la información y/o conocimiento que requerimos para exponer el tema con eficacia.
Nos facilita recordar todo lo que queremos decir, así como a presentarlo de una manera progresiva y ordenada.
Facilita a nuestros oyentes a seguir el desarrollo de la presentación del tema.



Nuestras notas de estudio.
Que sean breves y condensadas, que se puedan ver de un solo vistazo (por lo menos debería resaltarse de alguna manera, la esencia).
Que sean ordenadas, que se pueda seguir el hilo conductor de las ideas en todo momento.
Que sean comprensivas, concretas.
Que se concentren sobre las ideas.
Que sean legibles.



La estructura del mensaje.
Debe estar formado de tres elementos principales:

La introducción.
Es una versión condensada del tema.
Informa a los oyentes, brevemente, de lo que se tiene la intención de exponer y el área que pretende cubrir.
Lo que una introducción debiera lograr:
• Captar el interés de los oyentes y armonizar su pensamiento con el nuestro.
• Que nos acepten (en el caso de no ser conocido de los oyentes).
• Que estén informados para darle seguimiento al tema, y que no se pierdan del tema principal.
• Que se convenzan de la importancia del tema para ellos.
Característica de una buena introducción:
• No promete más de lo que se va a dar (para no crear falsas expectativas).
• No es demasiado sensacional (para no opacar la exposición posterior del tema).
• No debe ser muy larga.
• Debe tener una relación obvia con el tema.
• Debe ser preparada cuidadosamente.
• Debe proveer una transición natural al tema.

El contenido o cuerpo del mensaje.
Es el cuerpo principal del mensaje.
Debiera estar formado por tres secciones.
La primera: establecer la verdad, declarándola, explicándola, clarificándola.
La segunda: ampliando la verdad, desarrollándola, comprobándola, justificándola.
La tercera: climax, presentando la conclusión: ¿Qué podemos aprender de eso? ¿Cómo podemos aplicarla de manera práctica?

La conclusión.
Apela a la mente: se hace un resumen del tema.
Apela a la voluntad: busca persuadir a los oyentes a aplicar el tema.
Apela a las emociones: motiva a los oyentes a ponerlo en práctica.



Como preparar el bosquejo.

Prepare un borrador primero.
Cuando empiece a examinar y a evaluar su material temático, escriba cada pensamiento sin ocuparse de poner las cosas en el orden correcto. Simplemente escriba cada pensamiento válido que se le ocurra cuando considere el tema.

Seleccione los pensamientos principales.
¿Cuáles son los tres puntos más importantes que ha escrito?
Colóquelos en una secuencia natural. ¿Cuál deberá ir en primer lugar, cuál es el punto fundamental que tiene que ser establecido?
¿Qué afirmación o punto sigue de una manera natural a la primera?
¿Qué afirmación o punto sigue de una manera natural a la segunda?
Estos tres pensamientos debieran ser los títulos de las tres secciones de su bosquejo.
Una vez se tienen los títulos de las secciones, ahora se pueden ir agregando los pensamientos secundarios que fundamentan, consolidan, afirman, los primeros.

Al terminar el cuerpo del mensaje esta listo para preparar la introducción y las conclusiones.
La introducción y el mensaje se preparan de último para que se correspondan realmente con el material que se va a presentar y para evitar que el material principal se prepare a partir de nuestros pre-juicios, o sea influenciado por ellos.

14 Dic 2011
Referencia: La Biblia 25.