Estudio Bíblico

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¿Por qué y por quién votar?



ANTE UN AÑO ELECTORAL.



Las ofertas políticas “llueven” y como en las elecciones pasadas, el voto cristiano-evangélico pesó mucho, todas esas “ofertas” van a tratar de inclinarnos hacia su lado, como también ya ha pasado en elecciones pasadas (como por ejemplo, con el Presidente actual, que siendo un sacerdote maya, delante de muchos evangélicos se hizo pasar falsamente como cristiano, y desde el día que tomó posesión se quitó la máscara).

La Palabra de Dios nos da instrucciones para hacer una elección sabia. En este asunto tan delicado Dios no nos deja en libertad total, para optar por la opción que más nos guste o convenga. Nos da instrucciones claras que es preciso obedecer, si es que queremos que la bendición de Dios esté sobre la nación.

La importancia de una elección sabia es porque la bendición (o la maldición) siempre entran por la cabeza (Sal 133, nos habla de la bendición, y por deducción, con la maldición sucede lo mismo).
Los gobernantes llevan un espíritu con ellos a la posición que ocupan, tal como nos lo enseña la Palabra en Ezeq 28. Del versículo 1 al 10 habla del príncipe de Tiro (el gobernante humano de Tiro) pero a partir del vrs 11 hasta el 19 habla del rey de Tiro, una entidad espiritual que es satanás mismo. Si se analizan bien los pasajes, en paralelo, encontramos una coincidencia de características entre ambos, lo que implica que el gobernante humano (príncipe de Tiro) estaba influído, sugestionado, condicionado, etc., por el gobernante espiritual (rey de Tiro).

Prov 29:12 dice “Si un gobernante atiende la palabra mentirosa, todos sus servidores (el pueblo que está bajo él) serán impíos”. “El mal en los líderes no solo afecta a sus subalternos principales, sino también a la gente común. Israel fue establecido como una nación santa para el Señor. El era su Dios, y ellos eran su pueblo. Pero los israelitas se apartaron de Dios y descendieron a una burda inmoralidad e idolatría, debido, en gran parte, al destructor ejemplo de gobernantes corruptos y transigentes” (Jim W. Goll y Lou Engle, “La revolución de Elías”).

Por lo tanto, el Espíritu que cada gobernante lleva al gobierno es el que va a determinar, en última instancia, el gobierno que van a realizar y los resultados que se van a manifestar hacia la nación.

Prov 29:2.
Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

Prov 31:2-9.
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra; no sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos. Dad la sidra al desfallecido, y el vino a los de amargado ánimo. Beban, y olvídense de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más. Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desvalidos. Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

Deut 17:14-20.
Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores; ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano. Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino. Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia. Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.




23 Mayo 2011