Estudio Bíblico

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Módulo 111. Mayordomía.



Tema No. 5. ÁREAS DE MAYORDOMÍA (2),
Mayordomía del cuerpo.



Objetivos de la enseñanza.
Comenzar a conocer, en detalle, los alcances de cada una de las áreas de mayordomía que Dios requiere de nosotros.
Conocer detalladamente, los alcances de la mayordomía de nuestro cuerpo y determinar acciones concretas para desarrollarla de acuerdo a los estándares de Dios.


La comida.

La comida, en muchos pasajes de la Biblia, tiene usos de bendición, como por ejemplo:
La pascua hebrea (Exo 12:9): recordatorio de la liberación de Israel de Egipto.
El maná que comían los israelitas en el desierto: recordatorio del permanente cuidado y provisión de Dios para con Su Pueblo.
Exo 13: la comida de panes sin levadura en la pascua hebrea como recordatorio de que eran pueblo santo y apartado para Dios.
La cena del Señor: recordatorio de la muerte y resurrección de Cristo.
El compartir el pan en las casa como parte del compañerismo cristiano (Hch 2:41-47).

Pero también la actitud hacia la comida está relacionada con algunos serios problemas que nos muestra la Biblia:
Adan y Eva (Gen 3:6), Esaú (Gen 25:29-35): fallaron en el propósito de Dios por medio de la actitud hacia la comida.
Rebeca y Jacob (Gen 27) usaron comida para engañar a Isaac y que bendijera a Jacob en lugar de a Esaú.
Exo 16: la comida fue motivo de murmuración de los israelitas en el desierto, camino a la tierra prometida.
Hch 6: también fue motivo de murmuraciones en los principios de la Iglesia Cristiana en Jerusalén.

En la Palabra hay una serie de enseñanzas entre lo que se podía y no podía comer y la importancia de tener buenas actitudes, y principalmente, dominio propio, en cuanto a la comida:
Gen 9:4, Lev 7:26, Lev 17:14: prohíbe comer sangre.
Exo 22:31, Lev 22:8: no comer carne que las bestias hubieran destrozado en el campo.
Lev 7:23-24: prohíbe comer la grosura (“el gordo”, la grasa) de la carne.
Lev 11, Deut 14: determina de que animales se podía comer la carne y de cuales no.
Lev 19:23: recomienda no comer el fruto de los árboles frutales de los primeros tres años.

La glotonería:
Deut 21:30: la Palabra condena la glotonería y la borrachera.
Luc 21:34: Jesús nos advierte contra la glotonería.

Ser cuidadoso con lo que comemos delante de otros:
1 Cor 8:13, Rom 14:15, Rom 14.20: si la comida puede ser una fuente de tropiezo para un hermano de la fe, es mejor abstenernos de ella.

Rom 14.17: El Reino de Dios es más importante que la comida y la bebida.
Los objetivos de todas las ordenanzas relacionadas con la comida en la Palabra de Dios no son, de ninguna manera, quitarnos el gusto o privarnos de la comida, sino el ejercicio del dominio propio y el mantenimiento de la salud del cuerpo.
En consecuencia: lo que podemos sacar de conclusiones respecto a esas enseñanzas es:
Moderación al comer y beber (lo necesario, evitar los excesos). Gen 1:28: Dios nos dio la autoridad para dominar las cosas (entre ellas la comida), no para que las cosas nos dominen.
Comer y beber sano, cosas que no nos vayan a dañar la salud, y mejor si son naturales.
Comer y beber de tal manera que no vayamos a ofender ni dañar la fe de nuestros hermanos en ella (“adonde fueres, haz lo que vieres”)
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y los recursos que utilicemos en compra excesiva de comida tampoco nos pertenecen:
Vamos a dar cuentas del cuidado y mantenimiento que le dimos a nuestro cuerpo y también de los recursos que Dios nos dio y que los utilizamos excesivamente en comida (pudieron tener usos más adecuados para gloria de Dios).
El Espíritu Santo está interesado en que conservemos nuestro cuerpo sano y en buen estado de tal manera que nos pueda enviar a otros como canal de bendición.



Adicciones.

Estado de dependencia hacia algo o alguien (espíritu de Jezabel), que, directa o indirectamente, determina el control de una gran cantidad de las decisiones y acciones de una persona.
En muchos casos, es lo bueno de Dios llevado más allá del límite establecido por Él o por el uso recomendable o sano de ellas (comida, bebida, fármacos, trabajo, deporte, religión, diversión, amor, etc.).

1 Cor 6:12, 1 Cor 10:23, 1 Cor 10:31:
Todo nos es lícito pero no todo nos edifica.
Todo nos es lícito pero no todo nos conviene.
Todo nos es lícito pero sin que nos llegue a dominar.
Todo lo que hagamos que sea para la gloria de Dios.

Las adicciones.
Nos controlan en lugar de que nuestra vida sea controlada por El: son equivalentes a idolatría, brujería y hechicería, de hecho, muchas de ellas, a lo largo de la historia han acompañado los ritos de estas actividades aborrecibles a Dios.
Fuimos creados por Dios para controlar y dominar las cosas, no para que ellas nos dominen y controlen a nosotros (Gen 1:28).
No nos edifican ni nos convienen de ninguna manera, sino más bien socavan nuestro carácter y afectan directa o indirectamente, a quienes están a nuestro alrededor: familia, trabajo, relaciones, etc.
Generalmente tienen costos elevados (materialismo, compras, drogas, alcohol, tabaco, lujos, comodidad, etc.) por lo que, adicionalmente, no solo deterioran el carácter de las personas, sino también su posición económica y de quienes dependen de ellos.
Los recursos que Dios nos provee son para usos que le den gloria a El, no para gastos innecesarios: vamos a dar cuenta del uso que les dimos.
En muchas ocasiones: para mantener las adicciones, las personas son inducidas al robo, hurto, engaño, fraudes, delincuencia, asesinato, secuestro, extorsión, sobornos y cohecho, etc., para agenciarse fondos, actividades todas que son pecados.
Generalmente producen un deterioro directo en la salud (drogas, alcohol, tabaco, medicinas, comida) y/o indirecto (temor, stress, ansiedad, angustia, etc.).
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y el Espíritu Santo está interesado en que lo conservemos sano y en buen estado de tal manera que nos pueda enviar a otros como canal de bendición.



El ejercicio y el cuidado del cuerpo.
El cuerpo es para nosotros y no nosotros para el cuerpo; el cuerpo nos debe servir a nosotros y no nosotros al cuerpo; no podemos dejar controlarnos por él (1 Cor 6:12)
1 Tim 4:8: el ejercicio es provechoso para darle mantenimiento al cuerpo, para mantenerlo en forma y en salud de tal manera que nos pueda servir para hacer la obra y cumplir el propósito para los cuales Dios nos ha llamado.
La presencia y manifestación de la gloria de Dios en nosotros y a través de nosotros provoca un “peso” sobre nuestro cuerpo (2 Cor 4:17) que es lo que causa que las personas “caigan” en el Espíritu, temblores, gozo, etc.
Para los que servimos al Señor (todos), es necesario fortalecer nuestro cuerpo para que pueda soportar ese peso de gloria cada vez mejor, lo que se logra con un cierto nivel de ejercicio y mantenimiento del cuerpo para ello.
El cuidado del cuerpo es bueno en tanto no se convierta en una adicción y/u obsesión, que lleva a ese cuidado a convertirse en idolatría, hechicería, brujería, vanidad, etc. (Rom 1:21-25).
Culto al cuerpo .Escultura del cuerpo. Consumo de drogas. Cirugía plástica no esencial. Dietas excesivas, bulimia, anorexia.
Lo debemos mantener en los límites de tiempo (que no consuma más tiempo que el necesario y nos distraiga del tiempo dedicado al Señor) y en los límites de los recursos económicos (que no consuma más recursos que los necesarios y distraiga los que hubiéramos podido destinar con mejor uso para la gloria de Dios).
Así como vamos a dar cuenta del uso de nuestro cuerpo, también lo vamos a hacer respecto al uso del tiempo y del dinero y recursos económicos.
Debemos mantener los tres en un equilibrio tal que todo redunde para la gloria de Dios.



La sexualidad.

1 Cor 6:15-19: la sexualidad, a pesar de que se realiza con el cuerpo, alcanza las profundidades espirituales de nuestro ser de una manera superior a cualquier otra cosa que se haga con el cuerpo.
La relación sexual es algo más que una experiencia biológica; envuelve una comunión vital que implica lo emocional y lo espiritual (Gen 2:24-25, 2 Cor 6:14)
Cristo está unido al creyente por la comunión del Espíritu.
Cristo “toma” el cuerpo del creyente como un templo.
El creyente, con todo su ser involucrado, y ello incluye su cuerpo, se convierte en parte del Cuerpo de Cristo.

Por lo mismo, la relación sexual genuina, auténtica, que involucra no solo el acto biológico sino el compromiso de un hombre y una mujer de ser uno física, emocional y espiritualmente, es tremendamente estimulado y bendecido por Dios.
De allí la instrucción de Pablo de que dentro de la pareja no nos neguemos el uno al otro, salvo por mutuo acuerdo y para dedicarnos a la oración (1 Cor 7:3-6).
Esto último es una concesión, una sugerencia, una posibilidad, pero no un mandamiento (aunque represente una interrupción en la oración, si el cónyuge no está de acuerdo en evitar la relación, la dedicación a la oración del otro cónyuge no debería ser un pretexto para negarse).
Hermoso es el sexo sin mancilla, dentro de los límites de Dios, en el matrimonio (Heb 13:4).
El pecado sexual (fornicación, adulterio, homosexualidad, lesbianismo, inmoralidad sexual, etc.), tiene efectos de largo alcance y una gran significación espiritual y repercusiones emocionales, físicas, relacionales y sociales.
No es un pecado solo contra el cuerpo y contra Dios, sino contra el Espíritu Santo que mora en el cuerpo.
La cuestión es tan delicada que los que viven en estos pecados no heredarán el Reino de Dios (1 Cor 6:9).

La ejercicio de la sexualidad también es una mayordomía que Dios nos ha entregado y de la cual vamos a dar cuentas delante de El por lo cual debemos utilizarla para Su Gloria (1 Cor 6:20).
Esa mayordomía implica varios aspectos:
Lealtad, fidelidad (Mal 2.14-16) en todos los aspectos y todo el tiempo.
El buen trato, el respeto, la honra (1 Ped 3:7).
La relación física, emocional y espiritual con nuestra pareja (Gen 2:24-25, 2 Cor 6:14).
La atención de sus necesidades físicas (incluídas las sexuales), emocionales y espirituales (1 Tim 5:8).
El mutuo cuidado y utilización de nuestros cuerpos para satisfacer las necesidades del otro y no las nuestras (1 Cor 7:3-4).



El cuidado de nuestras manos.

No son para:
El ocio, la pereza, la haraganería (Prov 6:10, Prov 21:25).
Manifestar ira (1 Tim 2:8). Golpear, hacer malas señas (Prov 6:12-14), matar (Prov 6:17).

Son para :
Alabar al Señor (Sal 28:2, Sal 47:1, 1 Tim 2:8).
Ponerlas sobre los enfermos para que sanen (Mar 16.18).
Bendecir (Hch 6:6).
Ministrar el Espíritu Santo (Hch 8.18).
Trabajar con voluntad (Sal 128:2, Prov 31:13).
Alargarla al pobre y al menesteroso (Prov 31:20) para proveer sus necesidades.
Mostrar amor: acariciar, abrazar, hacer cariño.


El cuidado de nuestros pies.

No son para (Rom 3:15).
Ir a lugares inconvenientes.
Ni para manifestar ira, violencia, etc.

Son para:
Llevar buenas noticias (Isa 52:7, Mat 28:18-20, Mar 16:15-18, Efe 6:15).
Ir a visitar para bendecir personas (Prov 25:17, Mar 16:15-18).



Preguntas para autoevaluación.
Mencione algunas de las razones por las cuales nos es necesario ejercer una buena mayordomía de lo que comemos.
¿Cuáles son los principios bíblicos en cuanto a la mayordomía de lo que comemos?
¿En la práctica de cuales de esos principios es usted más vulnerable?
¿Qué piensa hacer al respecto, como y cuando?
¿Cuál es la definición de adicción y que espíritu obra detrás de ellas?
¿Cuál es el origen de las adicciones?
¿Cuáles son los problemas más relevantes que derivan de las adicciones?
¿Por qué una adicción es comparable con la idolatría?
¿Por qué es importante ejercer una buena mayordomía de nuestro cuerpo?
¿Cuál es el principio más importante en cuanto a la mayordomía del cuerpo?
¿Cuáles son los principios secundarios relacionados con una buena mayordomía del cuerpo?
¿En la práctica de cuales de esos principios es usted más vulnerable?
¿Qué piensa hacer al respecto, como y cuando?
¿Por qué es importante una mayordomía eficiente de la sexualidad?
¿Cuáles son los principios más relevantes relacionados con la mayordomía de la sexualidad?
¿En la práctica de cuales de esos principios es usted más vulnerable?
¿Qué piensa hacer al respecto, como y cuando?
¿Por qué es importante una buena mayordomía de nuestras manos?
¿Cuáles son los principios más relevantes relacionados con la mayordomía de las manos?
¿En la práctica de cuales de esos principios es usted más vulnerable?
¿Qué piensa hacer al respecto, como y cuando?
¿Por qué es importante una buena mayordomía de nuestros pies?
¿Cuáles son los principios más relevantes relacionados con la mayordomía de los pies?
¿En la práctica de cuales de esos principios es usted más vulnerable?
¿Qué piensa hacer al respecto, como y cuando?



01 Mar 2011